Empezó siendo una bodega familiar de Rioja Alavesa y hoy es un grupo bodeguero que se ha diversificado en varios perfiles dentro de la zona y alcanzado otro de los puntos calientes del vino español: Ribera del Duero.
El Director técnico de las Bodegas Luis Cañas, Amaren y Dominio de Cair, desgrana los detalles más mínimos del paisaje otoñal de su viaje desde La Rioja: los colores del verde al rojo y el amarillo en las hojas de las viñas, la luz alumbrando los árboles… Estamos en la sesión fotográfica y a micro cerrado, pero ya se revela un hombre de campo, apegado a la belleza de su tierra y a la tradición familiar, que habla pausadamente, midiendo las palabras, con emotividad.
La fecha fundacional de la bodega familiar se establece en 1928.- “Fue cuando nació mi padre, pero ya mis abuelos eran viticultores. Viajaban, con frecuencia, con un carro y unos mulos para llevar una barrica de esas de 500 litros de vino a Bilbao, Vergara y la zona de Guipúzcoa”. En 1970 comienza el embotellado de los tintos “de cosechero” familiares elaborados por maceración carbónica. “Fue una añada muy buena que mi padre embotelló sin etiqueta. Por entonces, pocas bodegas de la zona las usaban”. Esta cosecha abre la primera etapa de la casa, dedicada a los vinos jóvenes. “Cuando llegué yo, en 1988, sin saber demasiado, pensaba que los tintos que iban a barrica eran malos, porque mi padre siempre me había enseñado que los vinos frescos eran los auténticos. La juventud era lo bueno: beber el vino según prensabas y según salía. A partir de ahí empecé a aprender”.
Usted llegó al mundo del vino ya pasados los 30…- Sí. Estuve 11 años trabajando en una multinacional en la que aprendí que había muchos nichos distintos de consumidores, algo que se me quedó muy grabado. Cuando llegué a la bodega me di cuenta de que no todas las viñas son iguales, que hay distintas calidades de uva y que teníamos que separarlas en el campo para los distintos mercados.
De ahí que ahora dirija tres bodegas. Lo de la Ribera del Duero parece lógico, pero ¿dos en la Rioja Alavesa?- Luis Cañas es mi padre. Yo creí que él era el inteligente y el trabajador y que mi madre le ayudaba. Será por cosa del machismo, porque la mujer ha tenido menos presencia en el negocio. Pero, cuando falleció, hace 18 años, vi que los clientes con los que había amistad, en un año, habían dejado de venir. Que mi padre, que era muy trabajador, ya no tenía ideas como “vete a comprar esa uva…”. Me di cuenta de que ella había sido el verdadero cerebro de la casa, dentro de lo pequeños que éramos entonces. Cuando se muere mi madre queda un vacío y empiezas a pensar, a pensar, a pensar… Por entonces hicimos un vino de más nivel que era el Reserva de Familia y la creatividad nos llevó poco a poco a elaborar un tempranillo de viña de más de 60 años, pero no teníamos el nombre. Amaren significa, en vasco, “de la madre”, cuando alguien te dice: “¿De dónde te viene esta huerta?”. “Pues de la madre, amaren”. Y se nos ocurrió, en homenaje a ella, que nuestro mejor vino fuese “el vino de la madre”. Empezamos con la cosecha del 95 y en 2001, cuando hicimos un graciano de viñas de más de 60 años, fue cuando la cosa empezó a tomar forma y decidimos separar las viñas de mi madre, que son muy viejas, de las de mi padre. Después, hemos ido comprando e incorporando algo más de viñedo que, por el tipo de suelo y por sus matices, tengan un estilo “amaren”.
Desde entonces, la gama ha ido creciendo y las dos bodegas riojanas empiezan a diferenciarse bastante.- Sí. En el 2009 ya creamos Bodegas Amaren como sociedad limitada unipersonal y sacamos un blanco de las mejores uvas que tenemos allí, 20.000 botellas como mucho, y un tinto de tempranillo con un 15% de graciano que se llama como mi madre, Ángeles. José Luis Casado (ahora en el Departamento técnico de Vinoselección y coordinador de la mesa de cata de Sobremesa) nos ayudó a elegir cuando, un día, me sugirió que por qué no le poníamos el nombre de ella. Ahora estamos elaborando en Luis Cañas con tinos de madera para las viñas de más de 60 años pero hemos comprado una bodega vieja de piedra, de los años 40-50, con techos de madera tipo château antiguo. A partir del año que viene, va a ser Bodegas Amaren en Samaniego. no queremos producir más de 300.000 botellas.
Su padre veía los vinos con madera como una concesión para el “gusto de Bilbao”. Desde que se incorporó como director técnico, en la bodega ha primado las crianzas. ¿Qué piensa él de estos tintos con roble que hacen ahora?- Yo entré en la bodega de ayudante. El primer año no dije nada y estuve pelando patatas todo el día. Después, hice un curso de enología porque me di cuenta de que lo que me enseñaba mi padre era insuficiente. Aprendí mucho y entendí que no le gustaban los vinos criados porque los de entonces estaban demasiado maderizados y perdían la fruta por el tiempo en barricas viejas. Si estás acostumbrado a la maceración carbónica, son una cosa opuesta, es imposible que te gusten. hemos ido evolucionando, buscando siempre que nuestros vinos sigan manteniendo su fruta en la crianza, buena microoxigenación, unos aportes golosos que den redondez. A mi padre le han ido convenciendo poco a poco y ahora le gustan.
Le dan mucha importancia a la viña en propiedad…- En Rioja contamos con 118 hectáreas de viña en total, más otras 350 de proveedores supervisados y asesorados por nuestro equipo de campo, a cargo de dos técnicos –un ingeniero agrónomo y un ingeniero técnico– más nueve empleados en campo que llevan las viñas de un sitio y del otro, ya que las hemos separado. En Ribera del Duero nos pasa igual. Llegamos sin viñedo, hemos ido comprando poco a poco y ahora tenemos 20 hectáreas de viña propia. En La Aguilera, donde estamos, no hay concentración parcelaria y, entonces, aún encuentras bastante viñedo viejo. Nosotros somos más de viña que de bodega. Nuestro fuerte es el campo. Preferimos tener mejor uva aunque tuviésemos que tener peor enólogo.
¿Qué tiene la Ribera burgalesa, ese núcleo de La Horra, Roa, Sotillo, La Aguilera, que tiene tantos fans? ¿No era la de Valladolid la “Ribera chic”? Queríamos hacer algo bueno y creativo y nos dimos cuenta de que el granero de la Ribera del Duero está en Burgos. Supone el 70-75% del viñedo de la D.O. y en la mayoría de los municipios que citas no hay concentración parcelaria y tienen mucha viña vieja. Estamos entre 800-860 metros de altitud, lo que da mayor equilibrio, maduración más lenta y una fruta más “atlántica”.
¿Por qué es la Rioja Alavesa tan especial? Por su impresionante orografía y su fantástico paisaje de viñedos. En nuestras 400 hectáreas podemos tener 950 parcelas ¡No llegan a 5.000 los m2 por parcela! Pasas el Ebro y tienes un clima más mediterráneo y vinos más carnosos. La zona del río es más arenosa y arriba más arcillosa,con suelos que retienen mejor el agua en épocas de sequía y las viñas sufren menos estrés hídrico. Estamos entre los 400 y los 650 metros de altitud, lo que nos aporta mayor número de lluvias. Las noches son frescas cuando se acercan las vendimias, con contrastes térmicos que hacen que tengamos mejor hollejo. De la zona más alta a la más baja cambian los estilos: abajo pueden ser más finos y arriba más carnosos y afrutados. y es muy difícil producir más de 6.500 kilos por hectárea.
Hay polémica acerca de las nuevas variedades blancas autorizadas. ¿Vamos a “destipificar” al Rioja? Se verá en unos años. Estamos hablando de viñas jóvenes que no expresan lo que una viña a partir de los 30 años, pero sí es verdad quetenemos que mantener nuestra identidad. hay que tener mucho cuidado con algunas de estas variedades. El sauvignon blanc, en una pequeña cantidad, puede ir bien por sus aromas, pero no hay que dejar que pase a empalagosa golosina. Y el tempranillo blanco es perfecto, con unos aromas muy agradables que pueden resaltar la elegancia de nuestros blancos.
¿Ha sido 2015 una añada tan importante? Ha sido francamente buena y mejor de lo que esperábamos con todo el calor que hizo. Pensábamos que sería una añada cálida tipo 2003, carnosa y falta de fruta, pero el resultado va a ser excelente en Rioja y en Ribera: vinos con mucha estructura, color, cuerpo y fruta.
Para el aficionado: ¿se puede distinguir a ciegas un Rioja de un Ribera del Duero? Sí. yo suelo hacerlo con los amigos, aunque no aciertan casi nunca e intento guiarles. Hablamos de una calidad parecida, pero el Rioja es más fino, más elegante, y el Ribera más sabroso. Al final, es la costumbre; si tienes “riojitis” no te gusta el otro y al revés.
SOBREMESA. Revista Española del Vino y la Gastronomía.
Autor: Luis Vida. 29 de diciembre de 2015