La bodega Changyu es una de las más importantes en China, y produce sus caldos utilizando exclusivamente uva de sus viñedos.
* El profesor Antonio Palacios sostiene que China podría llegar a ser el primer productor de vino del mundo en 50 años
* El enólogo describe su sorpresa por la calidad de los vinos, la tecnología y el conocimiento de sus enólogos tras aprender de la escuela francesa.
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«Su producción se centra hoy en un 90% en tintos, con cabernet, merlot y shiraz, y un 10% en blanco»
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«Los enólogos chinos ya son autosuficientes en estos momentos a nivel técnico»
Recientemente estuve viajando por una de las regiones de China más importantes en la producción de vino. Caí rápidamente cautivado por la magia global del país e impresionado por su realidad más próxima, muy diferente de la que solemos moldear en nuestra imaginación. El desarrollo industrial es avasallador, el ritmo de crecimiento imparable. Los nuevos rascacielos surgen como ramilletes gemelos de la nada y las bodegas, centrándonos en lo nuestro, son espectaculares, muy bien dotadas de tecnología, modernas y elaborando vino muy correcto, algunos asombrosos cualitativamente hablando, como los vinos ‘top’ de algunas bodegas: supremos, incontestables.
La producción de vino en China.
Actualmente China cuenta ya con una superficie de unas 580.000 hectáreas de viña y posee casi el 10% de la producción de uva del mundo. China es ahora el quinto productor, ya por delante de Argentina y amenazando a USA. Tiene unas 500 bodegas en funcionamiento y producen unos 14-15 millones de hectolitros según las estimaciones de la OIV, frente a los 6,5 millones producidos en el 2008 y los 0,5 millones que se producían en el año 2004.
No sería ninguna tontería imaginar que China podría ser el primer productor mundial de vino en 50 años dado los esfuerzos que está haciendo para insertarse como un jugador de primerísimo nivel. La elaboración de vino está muy concentrada en pequeños productores, pero unas diez bodegas dominan más del 30%, siendo los principales protagonistas COFCO (que pertenece al estado), Changyu, Weilong y Dinasty. Uno de los bastiones del vino en China es Yantai (Shandong), donde más concentré mi viaje y estratégicamente situada entre Beijing y Shanghai.
Sin embargo, dado el inmenso tamaño del gigante asiático, la producción está muy repartida ante la vocación solidaria de abastecer a los mercados locales. El crecimiento en las principales regiones es imparable, apareciendo nuevas bodegas que ofrecen cada vez mayor calidad en sus vinos para satisfacer a los nuevos amantes de esta bebida y con el propósito de colmar las necesidades enológicas del país que, por cierto, aumentan ahora a un ritmo mucho más elevado, teniendo que incrementar las importaciones de otros países.
Mirando hacia atrás, el vino de producción nacional chino ha sido minusvalorado desde el principio, cuestionándose su cualidad y su producción no regulada. Para desarrollar vinos de calidad ha sido necesario asimilar técnicas vitivinícolas, aprendizaje y conocimiento, pero de forma magistral estos elementos han sido ya adquiridos. Muchos enólogos y expertos, principalmente francófonos contratados por las bodegas, han dejado su impronta y su experiencia en forma de legado y todo el mundo sabe que los chinos aprenden rápido, siendo en estos momentos autosuficientes a nivel técnico.
La industria enológica china es, por lo tanto, relativamente joven y ahora cuenta con una masa crítica de viticultores y enólogos bien formados y que saben muy bien lo que se traen entre manos y lo que se necesita para elaborar buenos vinos.
El consumo de vino en China. El detonante del consumo en China surgió a principios de los 90, después de fracasadas políticas agrícolas estatales muy enfocadas en los cereales, cuyos excedentes iban para la destilación. Animados por el gobierno, se compraron inmensas cantidades de vino barato importadas de Suramérica y del Sur de Europa, mezcladas posteriormente con producto local que era vendido como ‘vino chino’.
El experimento había comenzado y mostró rápidamente su éxito. En 1997, los efectos saludables del consumo de vino tinto fueron promulgados oficialmente y comenzaron a desarrollar la viticultura nacional. Por esta razón, la producción de vino chino está centrada en un 90-95 % en tinto y sólo un 5-10 % en blanco, siendo los varietales más visibles el cabernet sauvignon, merlot, shiraz, chardonnay y riesling.
Se estima que China consume actualmente unos 18 millones de hectólitros, por lo que aún mantiene un déficit de unos 3 o 4 millones de hectólitros que se equilibran gracias a las importaciones, principalmente chilenas y francesas, sin menospreciar los graneles españoles, que son muy importantes en volumen.
El consumo per cápita se estima en 1,25 litros por persona y año, lo que son valores bajísimos comparados con otros países. No obstante, a pesar de que sea difícil que se llegue a los estándares de consumo occidentales, la tasa de crecimiento aumenta a buen ritmo. Para poder abastecer la demanda, las grandes marcas chinas compran vino a granel. De esta forma, España vendió cerca de 90 millones de euros de vino en China en el 2012. Casi el 30% de esta cifra es vino barato sin embotellar que después se envasa en destino bajo el nombre de otra marca comercial. Los vinos europeos copan alrededor del 66 % de las importaciones chinas.
FUENTE: ANTONIO PALACIOS. ASOCIACIÓN DE ENÓLOGOS DE LA RIOJA | LOGROÑO. 16.07.2013
LOMEJORDELRIOJA.COM – http://www.larioja.com/vino-de-rioja/enologia/china-quien-visto-quien-20130716.html
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