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Archive for the ‘Producción de vinos’ Category

Recojo del periódico LA NACION, Buenos Aires, Argentina, un artículo escrito por Evangelina Himitian, con fecha 19 del presente mes de agosto. Al margen de consideraciones personales de quienes están a favor o en contra de los vinos orgánicos, y más modernamente de los biodinámicos, el hecho real es que se van extendiendo por diversos países productores de vinos, que como sucede con Argentina, la calidad de ellos va en aumento, con notable reconocimiento en el difícil mercado internacional. Nada que ver con los que elaboraban hace unos años, no muchos, aunque para nuestra desgracia no llegan al mercado español para degustarlos convenientemente. Este es el artículo en su totalidad:

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Sting, Brad Pitt y Angelina Jolie o Francis Ford Cóppola tiene algo en común: su propio viñedo donde producen vino orgánico. Pero no son los únicos. En la Argentina, este tipo de producción convoca cada vez a más interesados, tanto para producir una bebida sin agrotóxicos ni agentes que alteren artificialmente el proceso de elaboración como para llenar su copa y disfrutarlo. Y entre los paladares más exigentes que se suman a la tendencia, están los millennials. [Nota: La Generación Millennials define a los nacidos entre 1981 y 1995, jóvenes  entre 20 y 35 años que se hicieron adultos con el cambio de milenio (en plena prosperidad económica antes de la crisis). Según el reporte de Tendencias Digitales Conecta tu marca con los millennials, actualmente en Latinoamérica un 30 % de la población es Millennial. Y según una proyección de la consultora Deloitte, en 2025, representarán el 75 % de la fuerza laboral del mundo.]

Del lado de los productores, Alejandro Bianchi, nieto de don Valentín, o Ernesto Catena, hijo menor de Nicolás Catena, entre otros, son algunos de los exponentes de esta nueva generación, «rebeldes con causa» -como dice Bianchi- que quisieron romper el molde de una fuerte tradición vitivinícola y se animaron a abrirle paso a otro sistema de producción que responda a los nuevos paradigmas.

El mercado orgánico de vinos resulta cada vez más interesante. Hoy, en el país se producen unos 8,5 millones de litros de vino orgánico, que equivale al uno por ciento de la producción nacional de vino. Las botellas se consiguen casi exclusivamente en vinotecas y restaurantes con una variada carta de vinos. Responden a la gama media y media alta: se pagan entre 75 pesos por botella y pueden llegar hasta los 2000 pesos. Pero el 98% de la producción se exporta, ya que en lugares como en Estados Unidos y sobre todo en países de Europa, estos vinos tienen una creciente demanda. Casi el 80% se vende a países de la Unión Europea. La certificación nacional tiene validez en esos destinos (por ley los vinos orgánicos tienen que estar certificados como tales) ya que responde a los más altos standares de calidad.

El crecimiento de este segmento se registra año a año. Ayer, abrió sus puertas la tercera edición de la Feria de Vinos Orgánicos en un lugar único, La Botica del Ángel, que por su arquitectura laberíntica recuerda a las plantaciones de muchas de estas bodegas. El edificio, en Luis Sáenz Peña 541, en Montserrat, es la casa y botica de Eduardo Bergara Leumann, hoy convertida en museo y repletas de obras de Soldi, Berni, Minujin, manuscritos de Borges y Sábato y objetos de Gardel. En las ediciones anteriores, participaron más de 1000 personas y se espera que este año la convocatoria sea aún mayor. Porque, tal como ocurre en el resto del mundo, esta tendencia que comenzó interesando sólo a los cultores de la vida sana, está atrayendo a los amantes del buen vino. Superados los primeros prejuicios que aparecieron en el mercado sobre los vinos orgánicos, esto es que no eran buenos o que no eran vinos de guarda, hoy hay más de 35 bodegas en el país dedicadas a la producción orgánica y otras 16, que hacen biodinamia, que es una versión más sofisticada aún: además de no usar agrotóxicos y respetar los procesos naturales de la tierra y del vino, aplica una cierta filosofía ancestral, tomando como guía el calendario lunar y las mareas para decidir cuando sembrar, cuándo regar y cuando cosechar, entre otras cosas.

vinos-2254589w640Bianchi produce los vinos Buenalma y en su finca, Dinamia, hay animales sueltos y otro perfil productivo. Fue uno de los primeros en certificar sus vinos como orgánicos en el sur de Mendoza y pioneros en la biodinámica. Recientemente, ganó un premio internacional. Alejandro sigue el calendario lunar a rajatablas y si tiene que levantarse a las 3 de la madrugada para regar, no va a dudar en hacerlo. Suele decir que a sus vinos los riega la luna. Algo similar sucede en la vida de Ernesto Catena, hijo menor de Nicolás Catena -del emporio Catena Zapata y heredero de uno de los apellidos más tradicionales de la vitivinicultura- que decidió abrirse camino propio y creó su propia bodega, Catena Vineyards, donde se producen exquisitos varietales procedentes de viñedos orgánicos. «Una finca con caminos anchos, bosques y plantaciones en forma de laberinto», recuerda este créateur de vins, como le gusta definirse.

Durante 15 años, Alejandro Bianchi trabajó como director de márketing en la empresa familiar, Bodegas Valentín Bianchi y en 2005, finalmente, se desvinculó. Su estilo de vida, la fuerte convicción de responder a una producción más sustentable con el medio ambiente y su visita durante varios años a distintas ferias internacionales -donde las bebidas naturales y orgánicas demostraban un gran potencial- definieron su futuro. Tansformó en San Rafael unas 25 hectáreas de su finca en viñedos de producción orgánica, sólo Malbec, y en 2009 presentó sus vinos en el mercado. En ese mismo año, la finca Dinamia es pionera en certificación biodinámica en Mendoza. Y dos años más tarde, en 2011, llega la primera botella de vino: Buenalma Rosé, de color tenue y brillante. «Los vinos orgánicos representan sólo el 1 % del total de la industria, pero su potencial es enorme. En Estados Unidos y Europa le prestan cada vez más atención. Los millennials siguen de cerca la evolución de los orgánicos y los biodinámicos. Los consumen, los prefieren. En Nueva York son una fuerte tendencia, y eso marca un camino de crecimiento».

Como suele suceder en estos casos, Bianchi reconoce que puertas adentro de la bodega familiar, los Bianchi no lograban entender porqué Alejandro se alejaba del rebaño. «Me miraaban como a la oveja negra del rebaño, que el Norte que estaba tomando no era el correcto, pero después de diez años se ven los frutos, y el crecimiento. Y esto recién empieza», augura Bianchi.

vinos-2254592w280Desde ayer y hasta mañana, los amantes del vino orgánico o quienes quieran conocer esta otra versión del vino, podrán recorrer la III Feria de Vinos Orgánicos, que tiene una entrada de 350 pesos. Además, copa en mano tener la posibilidad de probar y conocer la historia de esos viñedos amigables con el medio ambiente. Habrá espectáculos musicales, venta de otros productos orgánicos y un vineshop para comprar esas botellas que son difíciles de conseguir, ya que la mayoría tiene como destino la exportación.

«El vino orgánico no utiliza agroquímicos, utiliza un medio de producción amigable con el medio ambiente y con la vida y la salud de las personas, respetando los ciclos naturales y no basándose en la utilización de insumos para la producción sino en los procesos, entendiendo cuáles son las características de los ecosistemas para regularlos, sin utilizar sustancias de síntesis química ni organismo genéticamente modificados. Cuidando la fertilidad del suelo. Esos son los principios de la producción orgánica», explica Juan Pino, licenciado en Ciencias Ambientales y docente de la Universidad del Salvador, que junto con el periodista gastronómico, Francisco Barreiro, organizó la feria.

La pregunta es obligada. ¿En el paladar se siente la diferencia? Pino explica que a la primera prueba no, como podría ocurrir con otro tipo de alimento orgánico, como la verdura, por ejemplo. «La diferencia radica en que el vino orgánico representa mejor lo que es la uva en toda su naturalidad», asegura. Hacer vinos de terroir, que representen las particularidades de su tierra, de su clima, de su gente, es una tendencia a nivel mundial. Y allí es donde se inscriben los vinos orgánicos. «Un vino representa un paréntesis de tiempo en un determinado lugar. Requiere un tiempo de elaboración y proceso y refleja esa tierra y ese tiempo. Al no usar agrotóxicos o agentes modificados, se logra una bebida que expresa su tierra. Esa es la diferencia», detalla.

La mejor explicación quizás sea que la diferencia no la siente el paladar sino el cuerpo. Justamente, al no tener sulfitos agregados, después de tomar una o dos copas no se sentirá esa sensación de pesadez que suele aparecer post vino. El cuerpo lo siente distinto e incluso si se tomó de más, no se experimentará resaca. El sulfito es un agregado que se le hace al vino para regular la fermentación, que es lo que después lo va a conservar. «El vino de por sí ya tiene esa sustancia, pero se le agregan para acelerar el proceso. En los vinos orgánicos, no se utilizan sulfitos, por eso, el productor tiene que jugar con lo que la tierra le da para llevar el vino a su punto. Tiene que conocer muy bien su tierra. Por eso se dice que este vino refleja muy bien lo que da (y lo que no) la tierra.»

Los vinos biodinámicos, además de ser orgánicos tienen una filosofía ancestral. Para la producción, se basan en los ciclos de los astros. Se sabe que los ciclos lunares afectan a los organismos vivos, sobre todo a los fluidos, que es lo que ocurre con la uva. Además, cuenta Pino, se utilizan preparados biodinámicos en un determinado momento del un calendario lunar para cuidar la producción. «Son preparados con componentes del lugar, que están tabulados y sirven para darle energía y cuidar a la tierra», explica.

Existe una anécdota de una bodega grande en Mendoza, que tenía una parcela de vinos biodinámicos, a modo de experimentación. Utilizaban un preparado que era un cuerno de vaca, con abono, bosta y flores del arroyo, enterrado en un determinado momento del ciclo lunar, en un lugar específico del viñedo. El dueño pensó que era «cosa de mandinga», creencias de campo. Pero después resultó que ese viñedo no tenía hormigas, que eran una plaga en el resto del viñedo. Los ingenieros agrónomos se preguntaban, cómo podía ser ser que estaban gastando fortunas en agroquímicos en los demás viñedos. Finalmente descubrieron que había una encima del arroyo que combatía las hormigas. «Todo lo biodinámico tiene una filosofía que puede parecer cuestión de fe pero finalmente tiene un sustento científico», asegura Pino.

La mayoría de los que empezaron a producir vinos orgánicos eran bodegas que reconvertieron sus procesos. En algunos casos, a modo experimental y amigable con el medio ambiente. Pero en otros, fue una necesidad, que resultó en un gran hallazgo: Es el caso de Chakana, una bodega de Agrello, a la que la tierra no le estaba dando buenos vinos. El dueño contrató expertos y le dijeron que el suelo de su hacienda estaba muerto. Que tenía que recuperarlo y le recomendaron hacer biodinamia. Empezó a producir bajo estándares orgánicos y biodinámicos y él terminó transformándose. Hoy su viñedo se llenó de vida.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1929320-organicos-y-biodinamicos-los-nuevos-vinos-que-conquistan-a-los-millennials

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El Grupo Bodegas Riojanas ha materializado la inversión anunciada el pasado año por su Consejo de Administración con el comienzo de las obras de Bodegas Viore en la localidad vallisoletana de Rueda.

La inversión será de unos 3,5 millones de euros y le permitirá elaborar en las nuevas instalaciones algo más de medio millón de kilos de uva, fundamentalmente de la variedad verdejo, predominante en la zona.

Este nuevo paso del centenario grupo bodeguero, con origen en la localidad riojana de Cenicero, le permitirá seguir consolidando su apuesta por estar presente en las principales Denominaciones de Origen de España.

   Bodegas Viore contará con unas modernas instalaciones de elaboración de 2.500 metros cuadrados construidas sobre una parcela de dos hectáreas de superficie en el extrarradio de Rueda. Tras esta primera fase, el proyecto se completará con punto de venta al público y una oferta enoturística aún pendiente de concretar.

La marca ‘VIORE’, utilizada hasta la fecha exclusivamente para los vinos blancos de alta calidad elaborados por Bodegas Riojanas Grupo en la D.O. Rueda, se ha convertido en una marca global que ampara los vinos con denominación de origen elaborados y comercializados por la prestigiosa firma riojana en la comunidad de Castilla y León.

La nueva imagen corporativa de Bodegas Viore, cuyo significado es «el gusto por lo delicado», refleja una síntesis del espíritu innovador de las nuevas generaciones y de la tradición centenaria heredada de las familias viticultoras que fundaron Bodegas Riojanas hace 125 años en la localidad riojana de Cenicero.

La apuesta del Grupo Bodegas Riojanas por los vinos blancos le ha llevado a completar una selecta carta de vinos elaborados en cuatro denominaciones de origen a partir de las tres variedades de uva españolas más reconocidas: albariño, verdejo y viura. El lanzamiento de la marca Viore con la cosecha 2007 marcó el inicio de su presencia en la D.O. Rueda, denominación que ha tenido una importante expansión en los últimos años y cuenta actualmente con 13.000 hectáreas de viñedo y 65 bodegas, que comercializan en torno a 80 millones de botellas anuales.

Especializada en la producción de vinos blancos de reconocida calidad, la variedad verdejo supone el 86% del total de la uva blanca plantada en Rueda, seguida por la viura y la sauvignon blanc.

 

FUENTE: Mercado Financiero. Europa Press. 20.5.2015

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José D. TXABARRI trabaja la viña con interés y conocimiento.

José D. TXABARRI trabaja la viña con interés y conocimiento.

CUANDO subió al estrado a recoger uno de los dos premios que ganó en la última feria de Santo Tomás, José Domingo Txabarri atribuyó su éxito a que «cuidamos el producto desde que empezamos a podar las vides en enero hasta que se embotella el txakoli». Una política que le ha reportado medio centenar de galardones, los últimos, los que ganó en la prestigiosa cita bilbaina.

El mundo del txakoli ha dado un giro radical desde que a comienzos de los años 90 se introdujo en el cultivo y producción de la vid «para recuperar un producto nuestro que entonces estaba muy tocado». «En aquella época solo éramos unas veinte bodegas en Bizkaia», recuerda desde el barrio de Aranguren, en Zalla, donde se encuentran parte de los terrenos que permiten conseguir su caldo. Para animar a los consumidores a que no dejaran morir al txakoli de la tierra «hicimos de todo, hasta regalábamos botellas. Desde luego no nos metimos en esto por razones económicas, porque perfectamente podía haber salido mal».

No fue así. Poco a poco fueron remontando, a la vez que la bodega Txabarri dejó de ser desconocida en las grandes ferias del calendario. Santo Tomás, el último lunes de Gernika, Muskiz, y, por supuesto, Gangas, el principal punto de encuentro para el sector primario de Zalla. En todas partes ha convencido al jurado que ha catado su txakoli.

Durante años ha coleccionado todos los trofeos en una vitrina especialmente preparada. Sin embargo, el aumento de la producción le ha obligado a redistribuir el espacio para dar salida a todo el caldo. «Muy pronto esperamos poder embotellar entre 80.000 y 100.000 unidades», aventura. A corto plazo el terreno que adquirió hace cuatro años en Abellaneda empezará a funcionar a pleno rendimiento. «De allí podremos recoger 35.000 kilos más de uva», apunta. Así tendrán suficiente para abastecer a todos sus clientes, ya que en otras temporadas se quedaban sin género ya en el mes de julio. El 80% de ellos son distribuidores que comercializan el txakoli Txabarri por todo el Estado e incluso fuera. «No sé dónde va a terminar la producción. A veces me llaman para decirme que lo han tomado en Andalucía o Asturias», cuenta.

Estas cifras demuestran que el txakoli vizcaino se compra y se consume. «Los 50 premios que hemos obtenido son de todas esas personas; sin ellos el caldo no habría salido adelante». Sin embargo, en las mesas vizcainas falta darle otro empujón al txakoli autóctono. «No somos profetas en nuestra tierra, en el sentido de que hay quien pide un caldo de Gipuzkoa o de otros sitios en lugar de beber solo el vizcaino, a pesar de que la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina y su presidenta, Elena Unzueta, están realizando un buen trabajo en este sentido», reflexiona.

Por su parte, los productores siguen intentando convencer a los consumidores con su mejor arma: la calidad del txakoli. «Es imprescindible controlar todo el proceso de cerca: podar bien, recoger la uva en el momento justo… y no quedarse atrás, reinvertir en la medida de lo posible para incorporar nueva maquinaria», aconseja. Entre sus planes a corto plazo, y si la crisis lo permite, está el de construir una bodega en Enkarterri. Allí tendría sitio para una nueva vitrina para los premios que están por venir.

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Para acercar el proceso de elaboración al público proyectan organizar la próxima primavera visitas guiadas por los viñedos que Txakoli Txabarri tiene en Abellaneda seguidas de una degustación del caldo que dará la oportunidad de apreciarlo desde otro punto de vista.

 

Fuente: ELIXANE CASTRESANA –  28 de Enero de 2013

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Tradicionalmente y referido a las últimas décadas, el txakolí de Gipuzkoa se producía principalmente en Getaria, con los añadidos de Zarautz y Aya. Tan arraigada estaba la producción txakolinera en la villa del navegante Juan Sebastián Elcano, que el Consejo Regulador, al momento de poner en marcha su reglamento lo hizo bajo la Denominación de Origen Txakolí de Getaria.

Más recientemente se ha extendido a otras localidades como Oñati, Arrasate. Deba y Olaberría, siendo la última incorporación de la bodega HIRUZTA, de Hondarribia, habiendo crecido el número de bodegas con estas incorporaciones de las 18 iniciales a las 25 que son en la actualidad.

La más reciente es la hondarribitarra Hiruzta, de la familia Recalde, situada en la falda del monte Jaizkibil, kugar ideal para la plantación de viñedos, por su clima atlántico que beneficia las uvas que crecen y maduran en la viñas. La primera cosecha de esta bodega fue la del 2011, siendo la segunda la reciente del 2012.

Los Recalde están asesorados por expertos profesionales enólogos: Ana Martín Onzain y Pepe Hidalgo. Cuentan con 10 hectáreas, con  una capacidad de producción para 100.000 botellas, posibles de aumentar a futuro.

En relación a la cosechas reciente de 2012, la enóloga de Hiruzta, Ana Martín, dado cuenta del final de la vendimia del Txakoli de Hondarribia para pasar al proceso de elaboración, y  un año que desde el punto de vista climático «se ha salido de lo normal».

Martín ha explicado que la primavera y el verano han sido «excesivamente secos, acompañados de temperaturas relativamente elevadas», aunque el viñedo ha vegetado «bastante bien gracias a las reservas de agua invernales».

Según ha indicado, «la muestra de racimos en primavera auguró una buena cosecha, cuya maduración siguió un desarrollo normal, con cierto retraso ocasionado por la sequía, llegando la vendimia una semana más tarde que lo normal», pero el final del verano «cambió radicalmente hacia más humedad, con unas oportunas lluvias, que han asegurado una excelente maduración de la uva».

La enóloga ha indicado que la calidad de la cosecha del 2012 ha sido «muy buena, alcanzando una buena cantidad de uva, unido a una riqueza de azúcares equilibrada con una acidez más bien baja, y todo ello con una excelente maduración aromática, que se traducirán en una cosecha de txakoli más que buena».

Finalmente esperan alcanzar una producción en torno  a las 80.000 botellas para los dos tipos que elaboran: Hiruzta e Hirusta Berezia.

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Ya saben ustedes que me gusta hablar claro, desde siempre. En estos días, en toda España hay una cosa clara: la cosecha será inferior a la del año pasado, casi, casi en la totalidad de regiones (algo más hay en zonas de Canarias, tras un año pasado nefasto).

Se habla de una merma cercana al 20%. Si es así, tenemos que tener en cuenta una cosa, y es que estaremos en una cosecha que oscilará entre 30 y 35 millones de hl. según que las previsiones sean más o menos pesimistas. Con el condicionante de que, al día de hoy, cada día que pasa la cosecha se merma un poquito más. Si lloviera podría aumentar algo, según zonas, ya que hay algunos sitios en los que la hoja se está o se ha secado y ahí ya poco puede hacer el agua.

Sobre viñas vendimiadas ya, con máquina, en regadío, varietales, como la Sauvignon blanc o la Chardonnay, vemos mermas reales que oscilan entre un 15 y un 25%, en regadío, cuando se entre al secano puede ser un verdadero desastre. Tal y cómo están las circunstancias no es correcto, ante el gran público, decir que esta uva de secano en muchos casos no va a dar unas calidades de vinos buenas, ya que estamos ante una uva que ya, en estos momentos, se ve claramente que no está madurando correctamente, que mientras los azucares apenas ganan, la acidez total está bajando escandalosamente. Una uva pequeña, sin caldo, sin grado y sin total… Con eso poco se puede hacer para sacar unos vinos correctos. Por eso, aunque ya digo que es comprensible que se diga, en nuestro foro interno sabemos que puede no ser cierto eso que tanto se dice que tendremos menos cosecha, pero de gran calidad, ya que la uva está sana… Esto en el regadío es cierto, la uva está completamente sana, no ha tenido enfermedades y al no faltarle el agua está madurando mejor, y conforme pasen los días y haya una mayor diferencia térmica entre el día y la noche, mejorará aún más, pero la de secano, en su gran mayoría creo que no va a ser de una calidad buena.

Los rumores sobre precios de uvas se van acrecentando, y estos son dispares, aunque no dejan de ser rumores. Lo que si es cierto es que se han comenzado a hacer algunas operaciones de vinos nuevos, se han cerrado alguna de importancia, aunque sin precio fijo, a ponerlo en los meses venideros, también hay contactos para adquirir cooperativas enteras, a precios, más o menos, de mercado al día de hoy, sobre 4-4,20 euros hº. Pero aún sin importancia decisiva. Es raro, a no ser que la necesidad sea grande de hacer en estos momentos operaciones a precio cerrado, ya que sin saber con certeza el coste de elaboración es difícil que las dos partes acierten, el vino, puede salir a este precio, si, pero también puede salir a precio superior o inferior, en función del precio de la uva.

Ha comenzado una campaña que veo complicada, difícil de predecir lo que puede pasar. Está claro que tenemos una cosecha corta, de las más cortas de los últimos años. Las bodegas están sin existencias, también es cierto. Pero aun así creo que la clave volverá a ser las exportaciones que podamos realizar. Hace poco les comentaba que con unas cosechas estables estos últimos años, sobre los 40 millones de hl. hemos tenido el vino a 1,50 euros hº y a 4 euros hº, con la misma cosecha, debido al empuje de las exportaciones, si este año tenemos una cosecha entre 30y 35 millones de hl. a pesar de ser corta, si las exportaciones se nos vinieran abajo, nos sobraría vino, consumimos, apenas 10 millones… Sin embargo si las exportaciones funcionaran a ritmo y cantidad, parecidas a estos años de atrás, el precio del vino podría dispararse.

Creo que hay muchas circunstancias que pueden influir en la cosecha: El mosto que se haga. Las necesidades de las alcoholeras, datos este muy importante… En fin, que si ya de por sí, es difícil acertar en esto del vino, este año lo veo aún más difícil, cuando llegue el mes de abril podemos estar hablando perfectamente de precios hundidos o precios que estén por las nubes. Tendremos que ir analizando los datos que nos vayan llegando en el ámbito europeo también, Francia habla de un descenso de cosecha y una producción de unos 44 millones de hl. Italia, de momento parece y con las reservas que siempre hay que tener en Italia, que tiene algo más que el año pasado, que fue muy malo. Portugal si apunta algo más… En fin, que tendremos que ver la suma de los países productores y ver la cantidad total que tenemos, ya que ese dato, que espero avanzarles en breves días, será para mi, decisivo para ver como se puede dar la campaña.

En fin, estaremos atentos y desde el correo del vino, como siempre, le informaremos…

 FUENTE: Javier Sánchez-Migallón. Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino – EL CORREO DEL VINO. 22.08.2012

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Más de 6.600 viticultores trabajarán en las 3.900 hectáreas amparadas

Según los datos facilitados por el consello regulador, Rías Baixas tendrá que vendimiar durante esta campaña 3.966 hectáreas de viñedo. La mayoría de ellas son de la variedad albariño, aunque también hay otras de loureiro y treixadura. De recoger toda esa uva deberán encargarse, en su mayoría, los viticultores inscritos en el consello regulador. Estos son algo más de 6.600 profesionales.

La evolución de la denominación de origen en los últimos años ha sido espectacular. Así, los cinco mil viticultores que había en el año 2001 son ahora 6.618. Tenían poco menos de 2.400 hectáreas, que ahora se han convertido en 3.900, y se encargaban de comercializar algo más de 16 millones de kilos de uva. Hoy se calcula que la cosecha será más del doble de la recogida en el 2001. También se han incrementado los rendimientos medios por hectárea hasta alcanzar los 8.300 kilos.

FUENTE: La Voz de Galicia.es 11.9.2011

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Viernes, 6 de Mayo de 2011 – eleconomista.es

La reina Isabel II de Inglaterra hará plantar viñas en el parque del castillo de Windsor, cerca de Londres, para producir su propio vino espumoso, dijo el jueves el viticultor encargado del proyecto.

Más de 16.000 cepas se plantarán la semana que viene en el parque de esa residencia real situada a una hora al oeste de Londres, precisó la empresa Laithwaites Wine, que se declaró «inmensamente orgullosa» por esta misión.

«Como defensores del vino inglés, estamos encantados de hacer lo posible para ayudar a desarrollar su producción y su popularidad en este país», declaró Simon McMurtrie, director general de Direct Wines, la página de venta de vinos por internet a la que pertenece Laithwaites. Precisó, sin embargo, que el proyecto estaba aún en la «etapa de plantación».

La viña estará formada por uvas chardonnay, pinot noir y pinot meunier, que son las tres variedades utilizadas tradicionalmente en la elaboración del Champán, precisó el diario Daily Telegraph. Se necesitan generalmente tres años para que una viña pueda producir su primer espumoso.

Los vinos ingleses gozan de una popularidad creciente, en particular los blancos y los espumosos elaborados según el método ‘champenois’. La producción alcanzó el año pasado los cuatro millones de botellas, un récord histórico.

La industria espera acelerar su desarrollo gracias al calentamiento climático y a las similitudes geológicas entre el sur de Inglaterra y la región septentrional francesa de Champagne. El ‘sparkling’ (‘espumoso’) inglés compite cada vez más a menudo con el champán francés en los grandes eventos locales, como ocurrió en la boda del príncipe Guillermo y de Kate Middleton, el pasado viernes, según algunos medios.

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En la Sesión de Cata de ayer con  el Grupo G-II, se degustaron dos vinos riojanos de maceración carbónica, de cuya elaboración tradicional expliqué, indicando de paso que todo el vino elaborado en Rioja en pasados tiempos se elaboraba por este métodoen lagos abiertos, con los inclonvenientes de escasa durabilidad, oxidaciones, desalojo del vino viejo a la llegada del nuevo, etc.

Aunque hay mucha literatura al respecto y es fácil encontrar documentación interesante sobre lamateria, he recogido una sencilla página que ilustra el método de maceración carbónica, con detalle a la par que con brevedad. Va para ellos esta información.

«Empezamos hoy esta sección explicando una de las vinificaciones típicas de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja: la Maceración Carbónica (a partir de ahora MC). Era la vinificación tradicional de los cosecheros riojanos del S XIX, hasta que los franceses (huyendo de la filoxera) se afincaran en tierras riojanas e implantaran el método bordelés (del que hablaremos otro día), actualmente se lleva a cabo sobre todo en Rioja Alavesa y en la Sonsierra.

Para realizar esta vinificación es imprescindible contar con uvas sanas, ya que la integridad de las mismas es muy importante para la realización de la MC, por lo que es recomendable en vendimia en cajas o en otros recipientes de poca capacidad, para que el propio peso de las uvas no rompa los racimos de la parte inferior.

Posteriormente se depositan, con el mayor cuidado posible, en un lago o en un depósito abierto (a poder ser más ancho que alto) para que la presión sobre las uvas de la base del depósito no sea excesiva y se les hace una corrección con sulfuroso (otro día hablaré del sulfuroso SO2 y de su importancia en la enología).

Aquí surgen dos caminos depende de la capacidad económica de la bodega o del cosechero:

1.- Cosecheros particulares o bodegas de poco poder adquisitivo: adicionan mosto en fermentación para que produzcan el dióxido de carbono (también se puede realizar un ligero pisado de las uvas para extraer un poco de mosto, e incluso los hay que conectan los depósitos en plena fermentación con los de MC, para que por la “Ley de vasos comunicantes” pase el CO2 de un depósito al otro [además como el CO2 pesa más que el aire, este se queda en la parte inferior del depósito, envolviendo las uvas y creando el ambiente anaerobio).

2.- Las bodegas con un alto poder económico: añaden dióxido de carbono gas, produciéndose así el ambiente anaerobio (sin oxígeno) que hace posible la fermentación intracelular.

Según el eminente Manuel Ruíz Hernández (ex-director de la enológica de Haro y articulista de la sección agraria de LA RIOJA) los procesos que se producen al paso de los días son los siguientes:

Día 2 => se produce la fermentación intracelular, se reblandece el interior de la piel, y se transfieren los antocianos (moléculas responsables del color rojo y azulado de los vinos) a la pulpa desde el hollejo.

Día 4 => Sigue el paso de antocianos a la pulpa, también pasa potasio, aumentando el pH del mosto. También empieza a generarse el alcohol, baja el ácido málico y se produce CO2.

Día 6 => Siguen los procesos mencionados anteriormente, y aumenta el volumen de la vendimia por turgencia de la bayas causado por el CO2.

Día 8 => Ruptura de las bayas por el exceso de presión causada por el dióxido de carbono, ¡ya se han producido 2º de alcohol!

Llegado a este punto se procede a la obtención de los distintos tipos de vinos formados:

Vino lágrima, obtenido por sangrado, procedente de las bayas rotas durante el encubado.

Vino prensa, obtenido tras el prensado de los racimos enteros. Este vino aun es dulce (aun no se han fermentado todos los azúcares presentes en la uva) por lo que tiene que continuar con la fermentación.

Posteriormente se realiza la fermentación malo-láctica y la clarificación como cualquier otro vino.

Los vinos producidos de esta forma son de un intenso color, una alta intensidad aromática con notas frutales muy características (resultantes del metabolismo secundario de la fermentación anaeróbica), pero con poca aptitud para envejecer.

Dentro de Rioja los vinos más representativos de esta forma de vinificación son: Murmurón, Artadi y Luberri

A nivel internacional destacan los de la región francesa de Beaujolais, realizado con la variedad Gamay, toda la producción se pone a la venta (y se vende en pocas horas) el tercer miércoles de Noviembre.

 

 

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Foto: EP – SANTANDER, 9 Dic. (EUROPA PRESS.es – Cantabria)

   La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad del Gobierno cántabro ha introducido como mejorante la variedad Treixadura con un límite del 20 por ciento en la elaboración del Vino de la Tierra Costa de Cantabria.

   Así consta en una Orden, que entrará oficialmente en vigor este viernes, por la que se modifica una anterior del año 2005, por la que se establecen las normas de utilización de la mención Vino de la Tierra Costa de Cantabria, para los vinos originarios de dicha zona vitícola.

   Según se explica en el texto, consultado por Europa Press, una Orden del pasado 9 de agosto, modificó una anterior del año 2005, por la que se establecieron las normas de utilización de la mención Vino de la Tierra Costa de Cantabria, con la introducción de la variedad Treixadura entre las autorizadas.

   La Asociación de Productores y Elaboradores del Vino de la Tierra Costa de Cantabria, propuso la autorización de dicha variedad como mejorante, con un porcentaje máximo en la elaboración del vino.

   En concordancia con esta solicitud, la Consejería ha procedido a modificar el porcentaje máximo de esta variedad en la elaboración de dicho vinos.

   De este modo, para poder acogerse a la denominación Vino de la Tierra Costa de Cantabria, los vinos tendrán que elaborarse exclusivamente a partir de uvas de vinificación de las variedades de vid autorizadas.

   Dichas variedades son Ondarrabi Beltza (tintas), y Albariño, Chardonnay, Godello, Ondarrabi Zuri, Riesling y Gewürtztraminer y como mejorante la variedad Treixadura con un límite del veinte por cien, en las blancas.

Bachus: Hasta aquí la noticia de prensa. Llama la atención la posible utilización de siete variedades para elaborar un vino blanco. A deecir verdad las uvas son muy distintas en su origen y en sus características y se hace difícil pensar que para unas producciones no muy amplias, se llegue a plantar tantas variedades. Al menos la ley así lo permite. En fín, doctores…

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