Hablamos con el presidente de Bodegas y Viñedos Artadi en la primera entrevista que concede tras la salida de su bodega de la DO Ca Rioja.
Hace año y medio que Artadi salió de la Denominación Origen Calificada Rioja, ¿cómo ha afectado la salida en todo este tiempo al grupo?
Va a ser la primera vez que hago declaraciones después de la salida. Hicimos muchísimas justo al salir pero a los dos o tres meses me dije que no quería más polémicas, ni echar más leña al fuego. Lo cierto es que nuestra salida de la DO Ca. Rioja ha afectado cero, no nos ha pasado nada. Sin ir más lejos, el año pasado crecimos un 8% y este año llevamos hasta junio un 12% más respecto al año pasado.
En este tiempo, de lo que nos hemos dado cuenta en la bodega es que tampoco es tan importante pertenecer a un Club o a otro, porque lo importante es la afición. Por otro lado, también hemos constatado que el Consejo como estamento regulador tiene un modelo de negocio establecido en su esquema empresarial, un modelo de hacer mucho volumen, de ir creciendo cada año más. Nosotros no estamos en este modelo de negocio, aunque evidentemente lo respetamos. Socioeconómicamente hasta puede ser entendible, pero es una filosofía y un modelo de negocio de economía de escala.
¿Se trata de un modelo de negocio del Consejo Regulador o de las bodegas que pertenecen al Consejo Regulador?
El Consejo es un ente vivo, configurado y constituido por las bodegas y son las bodegas las que tienen ese modelo de negocio, no todas evidentemente, pero son las grandes las que acaban dictando las normas, las que quieren hacer más y más cantidad.
Hay mucha gente que va arrastrada por esta política, bodegas pequeñas acaban yendo a rebufo de las grandes. Si alguna no se sintiese a gusto o pensara que fuera iba a estar mejor se hubiese salido ya. Pero como no se salen, continúan al rebufo de esa imagen, haciendo ver que esto es lo que funciona y, claro, el consejo sigue creciendo. Nosotros, que estábamos frontalmente en desacuerdo, nos hemos ido. Se trata de un desacuerdo con el modelo de negocio, no de renegar de la zona de producción, ni de mi pueblo o de mis viñas. Es renegar de un sistema administrativo que genera grandes volúmenes, que para salir adelante tiene que vender muchas botellas. De hecho, del año 1995 al 2016 la producción del Consejo Regulador ha pasado de 80 millones de botellas a 500 millones de botellas.
¿A día de hoy se plantean dar marcha atrás y volver a estar amparados por el Consejo de Rioja?
No, pero porque no ha cambiado el Consejo. Nosotros no volveremos atrás a no ser que de verdad se aprecie un cambio a un modelo que potencie el concepto de las añadas, de diferenciar las parcelas, las comarcas, los pueblos, los valles…… Si hay un cambio a un modelo como el de Borgoña, un modelo que genere autenticidad, que genere personalidad y vinos únicos, evidentemente nos lo podríamos cuestionar.
A día de hoy, hay una mayor sensibilidad para hacer alguna cosa dentro del Consejo, no lo dudo, pero creo que mucho de ello ha sido motivado por nuestra salida, entre otras cosas. Es ahora cuando nos presentan unos Viñedos Singulares. Pero ¿cómo puedes definir un viñedo singular? ¿Porque tiene muchos años? ¿Porque tiene pocos? Es la historia la que marca calidad. Estoy seguro de que en Petrus su viñedo tiene muy poca diferencia con la viña colindante, hay más cosas. Considero que la belleza o la excelencia no se puede reglamentar. ¿Cómo reglamentar lo que Christian Dior tenía en la cabeza? Puedes acotar una zona, decir que estamos en Medoc o en Margaux pero dentro de Margaux hay unos productores. Clasifiquemos los productores, las parcelas, pero desde un histórico. No entiendo que haya una oportunidad de clasificar como Viñedo Singular, es que todo es singular. Esa clasificación me parece un poco ambigua, no se ha dado un paso importante. Nosotros estamos haciendo viñedos singulares desde el año 2009.
¿Serán estos Viñedos Singulares el previo para futuros cambios dentro de la DO?
Ojalá, pero el problema es que no se hacen cambios porque desde el Consejo Regulador no se quieren hacer cambios, porque no es su modelo de negocio hacer cambios. El modelo de negocio no es hacer una peculiaridad de cada una de las parcelas, de cada una de las comarcas, parajes o pueblos. Ese no es el interés, el interés es la globalización. No se trata de hacer un vino de una parcela particular por una presión mediática y para un determinado consumidor…no hace falta reglamentar eso, las parcelas ya están ahí; si la Nieta ya es la Nieta, si lo que hace Miguel Ángel de Gregorio con su Calvario ya está reglamentado, si es él el que tiene que dar y el mercado el que lo tiene que refrendar. Ya hay un Calvario que está ahí desde hace muchos años o un Pisón que se hace desde el año 1991. Ahora hay que reglamentar eso que ha hecho el productor o el viticultor y que se ha consagrado con el tiempo. Yo no lo entiendo, es una cosa tan ambigua y tan falta de contenido -y lo digo con todos mis respetos-, que no lo comparto. Es como reglamentar el diseño de un nuevo Ferrari. La salida está en diferenciar las comarcas, las zonas, los parajes, los viñedos….pero reglamentarlos de forma global, no decirle a un señor tú tienes un viñedo singular y puedes poner en tu etiqueta Viñedo Singular porque tienes una viña que tiene 35 años y porque produces 5.500 Kg. por ha.
Se cumple ahora un año de la firma del Manifiesto del Club Matador, ¿siguen estando vigentes esas exigencias y recomendaciones?
En el Manifiesto, que yo firmé y seguiré firmando siempre, dejamos claro todo esto que comentaba, que hay que diferenciar los sitios. Y con esto ya es suficiente, hay que rebajar la legislación, hay que dejar que el viticultor y el bodeguero hagan que los sitios se manifiesten por sí solos y hay que trabajar por encontrar las excelencias de todos esos sitios, pero no reglamentariamente. Fue unpensemos un poco en la tierra, pensemos en la naturaleza de donde venimos, en las peculiaridades de cada una de las zonas vitivinícolas españolas, en las variedades autóctonas que nos hacen diferentes, legislemos mirando a la naturaleza, mirando a una realidad. No legislemos por unas necesidades económicas y empresariales. Sabemos que socio-económicamente éstas son importantes para poder vivir, pero también hay otros consumidores y productores que están necesitados de otras cosas como el sitio, el lugar, la cultura, el sistema de cultivo del viñedo, las variedades…todo esto hay que dejar ponerlo en una etiqueta y dejar hacer algo diferente. No estoy en contra de que haya una multinacional que haga 25 o 100 millones de botellas, lo que ella quiera. Pero cuando yo hago una cosita de una viñita pequeña, con un medio de cultivo, unas peculiaridades propias, una variedad… dejadme ponerlo a mí en mi etiqueta. El espíritu del Club Matador era reivindicar que las peculiaridades de este país en el patrimonio vitivinícola puedan estar recogidas en una reglamentación, en un consejo regulador, en un decreto del Ministerio de Agricultura, que a los que hacemos cosas pequeñas nos dejen trabajar esas cositas pequeñas. Si nosotros hacemos una viña de El Carretil, pues que ponga El Carretil, que ponga Laguardia, que ponga tempranillo, que nos identifiquemos y que para eso haya un paraguas.
A día de hoy, creo que no se ha evolucionado mucho. Allí se dejó patente por todas las fuerzas activas que los pueblos son importantes. Legislemos por los pueblos, por las comarcas y mantengamos este patrimonio vivo, no lo destruyamos, no hagamos producir y producir y en ese proyecto vayamos rompiendo todo lo demás.
¿Qué opina de aquellos que le echan en cara que al poco de firmar el Manifiesto hiciese público su interés por la denominación específica de Viñedos de Álava, algo más política y alejada del concepto puramente edafológico?
Estoy de acuerdo en que no es muy correcto hacer una división política si tenemos una división edafológica o comarcal natural. Estamos más a favor de hacer una división natural. Lo que pasa es que la estructura de España está, administrativamente, dividida en Comunidades. Es muy difícil trabajar de la mano de dos Comunidades cuando además los intereses son antagónicos, en este caso Álava y Rioja. Rioja tiene un modelo de negocio de grandes volúmenes, no estoy diciendo ninguna barbaridad, está ahí, hay empresas que facturan y venden millones y millones de botellas en Álava y en Rioja, en los dos sitios. Es así como el pequeño productor no tiene una estructura donde se ampare su posible modelo de negocio basado en pequeñas cantidades.
Estoy de acuerdo con esa crítica que se hace. Es muchísimo mejor haber hecho un planteamiento de división natural que un planteamiento de división política, pero hacer una división natural es imposible. Porque los intereses de las grandes bodegas, tanto en Álava como en Rioja, están enfrentados con la política y el modelo de negocio de las pequeñas.
Nosotros nos fuimos por la imposibilidad total y absoluta de que dentro de esa estructura se pudiese llegar a una conclusión. Hubo bodegueros amigos, importantes, que me pidieron que no me saliese, que era mejor trabajar desde dentro. Pero desde dentro no se puede trabajar, porque el Consejo Regulador tiene un sistema de elección basado en el número de botellas. Es decir, si tú produces un millón de botellas tienes un peso en el Consejo Regulador, pero si produces 100.000 botellas tienes otro. Tu capacidad está ligada a lo que tú produces. No votan las bodegas, ni los bodegueros, ni los viticultores, votan el número de botellas y el número de hectáreas. Nosotros estábamos en un Club en que tu voto no existe porque produces pocas botellas, por eso decidimos no pertenecer más a él porque nunca jamás iba a poder poner sobre la mesa mis inquietudes. ¿Ha cambiado algo? Pues no.
Dada la estructura multi-administrativa que tiene La Rioja, es lógico hacer una división natural. Nada tiene que ver Laguardia, con Haro, con Alfaro o Ausejo porque hay más de 150 Km. entre una cosa y otra. Son sociedades diferentes, culturas diferentes, sistemas de cultivo diferentes, variedades diferentes, suelos diferentes, climatologías diferentes… Si mandaran las personas habría voces que pedirían hacer todo esto de una forma natural. Por ejemplo, San Vicente de la Sonsierra es Rioja, Ávalos es Rioja, pero está en esa cornisa de la Sonsierra Alavesa-Riojana; pero claro dependen de otra comunidad. Entonces, ¿cómo se va a regular? Habría que hacer una hipotética nueva autonomía que se llamase la Sonsierra o la Rioja Alta o la Rioja Baja, pero eso es imposible.
¿En qué punto está Viñedos de Álava?
Yo no he estado nunca en Viñedos de Álava y no lo sé, creo que están trabajando en la elaboración de un pliego de condiciones para solicitar una nueva denominación de origen como Viñedos de Álava, pero yo no estoy ahí.
¿Consideraría entrar en esta denominación de origen en caso de que finalmente sea aprobada?
No conozco en profundidad ese pliego de condiciones, ni el reglamento que puede surgir de él porque no he participado en ningún foro de Viñedos de Álava, y además lo poco que conozco es lo que se comenta a pie de calle. Pero lo que oigo no me termina de convencer demasiado porque sería duplicar lo que yo en este momento estoy criticando. Sí que es cierto que puedo estar a favor de la idea porque es un movimiento de pequeños viticultores y es posible que en un futuro, si se hacen las cosas bien, pueda haber un enfoque diferente del que hay ahora dentro del Consejo Regulador de Rioja. Y si hay un Consejo Regulador de Viñedos de Álava en el que sus componentes son pequeños viticultores, donde sus inquietudes están mucho más cercanas a las nuestras, pues podríamos estar mucho más en sintonía o en concordancia con ellos. Pero ya digo, no he entrado, no conozco el pliego de condiciones y la información que me llega, evidentemente condicionada por escucharla fuera de contexto, me parece que es un poco copia de lo que se está haciendo.
¿Considera importante ligar el precio en función de la calidad de las añadas?
En Artadi ya lo hacemos, el precio va ligado a la calidad. Sin ir más lejos, en 2016 el precio se incrementará alrededor de un 30%. El problema que hay en este momento en España es que la calidad no está ligada al precio, el precio está ligado al segmento de mercado al que va dirigido. La marca está ligada a una categoría de mercado. Sin embargo, cuando llegas a un nivel en que lo único que te interesa comunicar a un mercado, desde el punto de vista del marketing o de comunicación, es la calidad, automáticamente para ser sólido en tu mensaje dices; mira esta añada es más floja y por eso tengo que bajar el precio. Nosotros hemos llegado a tener por ejemplo un Pisón a 100 euros y ha habido otros años en que el Pisón ha estado a 200. Creo que es la manera de ser honesto con el mercado.
En España el productor va a intentar que para esos cinco euros siempre le dé calidad suficiente. Y, ¿cómo lo hace? Pues mezcla añadas, vinos, zonas. Por ejemplo, el vino de Rioja en otro tiempo se hacía con un poco de Rioja Alta, otro poco de Rioja Baja y otro poco de Rioja Alavesa, y el productor era honesto porque en función de cómo habían ido el año en cada zona confeccionaba su vino para que llegase a su nivel calidad y el consumidor no se sintiese defraudado. Volvemos otra vez al comienzo de la entrevista, se trata de modelos de trabajo diferentes, modelos de culturas diferentes y modelos filosóficos diferentes. Antiguamente, en Rioja se hacía un tercer año o un cuarto año y no indicaban añada, pero intentaban llegar por todos los medios a un nivel de calidad acorde a su precio. López Heredia hacía también un sexto año. ¿Cuál era la preocupación de Don Pedro López Heredia? Que todos sus mercados tuviesen un estándar de calidad y que ese estándar de calidad fuese lo más alto posible en el sexto año para poder ponerle un precio y que sus consumidores siempre estuviesen satisfechos de lo que él iba a dar, y eso es honestidad. Hoy han cambiado un poco las tendencias y el amante de los vinos puede decir: “a mí no me hagas un revuelto de seis años de un vino con otro, yo quiero ver el vino más cercano a la añada, a la parcela, al productor, a la comarca, al pueblo”. Son modelos diferentes de negocio y de visión de esta actividad milenaria en este país. Nosotros, que somos un poco más bucólicos y pastoriles, nos metemos un poco más en las raíces de las parcelas, del cultivo manual, del cultivo ecológico o incluso biodinámico. Hay otro sector vitícola o bodeguero que es más industrial, que tiene volúmenes más grandes y que se ha metido en el tema de las añadas, pero la añada no acaba de ser un fiel reflejo de lo que ha sido, porque lógicamente es muy difícil para un bodeguero que produce 5 ó 10 millones de botellas, que sus botellas este año tengan un carácter y el siguiente año otro.
Por eso nosotros como pequeños viticultores y pequeños productores reclamamos que hubiese dos modelos de negocio, que se contemplasen en las administraciones, en las organizaciones empresariales, que hubiese posibilidad de reconocer uno u otro. Pero esto es muy difícil porque hay unos intereses y otros intereses, unas administraciones y otras administraciones y porque el sistema de representatividad está establecido en España en este momento de acuerdo con las interprofesionales, los que votan son las botellas, no son los bodegueros, ni los viticultores. Y entonces estamos un poco atados de pies y manos.
FUENTE:
Javier Luengo (@JavierGuiaPenin) el 20 jul. 2017
Read Full Post »