Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for abril 2019

KuSROoa2QAClzcNNWHbmlw_thumb_2682.jpg

JATORRI DEUTERA BIZKAIKO TXAKOLINA

25 Urteurrena.

La D.O. BIZKAIKO TXAKOLNA, en un acto celebrado en los locales de El Silo, de Olaveaga, realizó su anual Bizkaiko Txakolinaren Eguna, con la brillante presentación de los vinos de la cosecha 2019, en la participaron la casi totalidad de los productores del Territorio, con un número superior a las cincuenta marcas en producción. La mayoría de los txakolís fueron blancos, con diferentes elaboraciones (permanencia en lias; criados en madera, etc.); algunos rosados, también llamados “ojo gallo”, y hasta algún elaborado en tinto, en particular el “TXABARRI” de la bodega del mismo nombre, premiado con Medalla de Plata en el reciente Concurso Bacchus, celebrado en Madrid.

El Sumiller y veterano miembro del Comité de Cata de la D. De O., Patxi Zabala, fue el encargado de definir el “nuevo” vino, al que calificó : “De color amarillo con reflejos verdosos; elevada intensidad aromática en nariz y en boca; aromas de fruta blanca y balsámicos; sabor complejo en boca con notas cítricas y frutales. Un vino con cuerpo y sensación de longitud en boca, por su larga permanencia en boca.” En opinión del experto, es un vino adecuado para acompañar a marisco en cocido o crudo incluso.

+r0+QGLCQ%ugCcls0Y2S3g_thumb_2683.jpg

Algunos invitados a la presentación, dentro de la numerosa asistencia  

El Bizkaiko Txakolinaren Eguna, se incluye en los actos conmemorativos del XXV ANIVERSARIO D.O. BIZKAIKO TXAKOLINA.

El acto fue presentado por el presidente del C.R. de la D.O. Bizkaiko Txakolina, José Luis Gómez Querejeta, que tras describir el carácter y circunstancias climáticas de la cosecha del año 2018, así como las buenas propiedades y calidad logradas en los vinos de la misma.

Recordó que “Climatológicamente la primavera no empezó muy bien porque hubo unas lluvias que, prácticamente, duraron cuatro meses. Sin embargo el buen tiempo que comenzó a mediados de junio ayudó a madurar los granos. Para la vendimia el estado sanitario era genial y vino a ser una vendimia cálida, lo que ha dado que los vinos salgan más hechos de boca, para la mesa.

También se refirió, dentro de la celebración del XXV aniversario de la creación de la Denominación de Origen, a las circunstancias de su puesta en marca, pues “hace 25 años” dijo “la situación del txakolí en general, y la del txakolí de Bizkaia en particular, no tenía nada que ver con lo que somos ahora mismo. Hemos pasado de ser un vino con más connotaciones folclóricas que otra cosa, a ser un vino apreciado, muy bien elaborado y con la calidad suficiente para competir en los mercados más exigentes.”

Tras hacer un repaso recordando algunas efemérides que han jalonado el desarrollo de la Denominación desde la primitiva Asociación de Txakolineros de Bizkaia BIALTZA, trayendo también a la memoria algunos personajes e instituciones que han contribuido al desarrollo de la “veterana” Denominación.

Txakolinaren Eguna concluyó con la cata de la última añada de txakolí, en la que los asistentes pudieron apreciar su extraordinaria calidad, apreciando el buen nivel de este singular vino de nuestra tierra, que desde tiempo atrás ha logrado gran aceptación tanto en el mercado interior, como en la exportación.

J.L.L.

 

Read Full Post »

1.jpgdownload.jpeg

Un total de 15 vinos españoles se han alzado con el Gran Bacchus de Oro 2019 de entre las 23 medallas otorgadas en esta distinción. La elección estaba entre 1650 referencias nacionales e internacionales que han sido valoradas en estricta cata a ciegas por 90 expertos catadores de todo el mundo en Madrid.

La organización del Concurso Internacional de Vinos Bacchus 2019 destaca que 15 españoles son las etiquetas que han obtenido puntuaciones superiores a 92 puntos sobre 100 en esta edición.  En total 23 han conseguido el Gran Bacchus de Oro a vinos en distintas categorías: tintos, blancos, espumosos… En cuanto al origen además de los 15 españoles, hay dos eslovacos, dos champagnes franceses, uno de Brasil, otro de Israel, un checo y otro de Portugal. A ellos se añaden 190 Bacchus de Oro (calificaciones superiores a 88 puntos) y 260 Bacchus de Plata (calificaciones entre 84 y 88 puntos) que completan el palmarés de este año 2019.

Noventa expertos catadores del mundo se han encargado de catar las 1650 referencias nacionales e internacionales que participaban en los premios Bacchus 2019.

Para la organización esta cantidad de reconocimientos a los vinos de nuestro país significa “una prueba más de la diversidad, calidad y personalidad de la España vinícola en el panorama mundial”.

Del 7 al 11 de marzo Bacchus 2019 ha congregado en Madrid aun amplio y destacado panel de catadores que pertenecían a cinco perfiles claves en los mercados mundiales de vino como el de los Masters of WineMasters Sommelier, sumilleres, responsables de compras de grandes superficies e importadoras y periodistas especializados. Entre ellos estaban por ejemplo profesionales de la talla de Pedro Ballesteros MWSarah Jane Evans MWKathrine Larsen MSGuillermo CruzPierre Casamayor o Rocio Amado.

El evento está organizado por la Unión Española de Catadores (UEC) y lo avalan dos instituciones de relevancia como la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y la Federación Mundial de Grandes Concursos de Vinos y Espirituosos (VINOFED).

Esta XVI edición contaba con Francia como país invitado, con los exclusivos champagnes de vigneron.

Los vinos merecedores del Gran Bacchus de Oro 2019

Quince vinos españoles se han alzado con el Gran Bacchus de Oro, los generosos Fino Capataz de Bodegas Alvear, Capuchino de Osborne, Noe VORS de González Byass, De Alberto Dorado y Oloroso Tradición VORS, el dulce Moscatel de Pasas Los Madroñales, los blancos Flor de Alejandría 2017 de Bodega Terra Vineas y Pazo de Villarei 2018, y los tintos Firé Cabernet Merlot Tempranillo 2014, Faustino I Gran Reserva 2009, Bordón Gran Reserva 2009, Abadía de San Quirce Finca Helena 2014, López Cristóbal Crianza 2015, Dominio de Campo Viejo 2015 y Cañus Verus 2015 de Bodegas Covitoro.

A ellos se suman los foráneos Champagne Pierre Legras Coste Beert (Francia), Champagne Delavenne Grand Cru Brut Reserve (Francia), Barkan Wine Cellars Superieur 2014 (Israel), Aurora Reserva Chardonnay 2017 (Brasil), Casa Santar Reserva Blanco 2016 (Portugal), Aurelius Cibebovy Vyber 2017 (Eslovaquia), Sky Group Cabernet Sauvignon 2016 (Eslovaquia) y Chardonnay Traditional Line Dobré Pole (Rep. Checa.

Todos ellos han logrado alcanzar el más alto de los escalafones de un exigente medallero como el de Bacchus 2019.

Los orígenes más presentes en el palmarés

En términos estadísticos, las Denominaciones de Origen Rioja y Ribera del Duero, con 50 y 39 galardones, encabezan un ranking de indicaciones geográficas en el que Rias Baixas y Rueda se erigen como triunfadoras blancas con 36 y 25 medallas respectivamente.

En el ámbito internacionalEslovaquia con 30 medallas encabeza un listado en el que le siguen muy de cerca Francia (país invitado a Bacchus 2019) con 20, México con 19 y Portugal con 16 reconocimientos. Estas medallas son “una muestra más de la pujanza a nivel internacional de Bacchus 2019, un certamen en el que se han dado cita vinos procedentes de un total de 15 países: Alemania, Australia, Brasil, Eslovaquia, España, Francia, Georgia, Israel, Italia, México, Perú, Portugal, República Checa, Túnez y Uruguay”, destacan desde la organización.

De los vinos de nuestro entorno, los txakolís, se han premiado a

TXAKOLI DE GETARIA: ERREKALDE TXAKOLINA S.L. HIRUZTA BEREZIA –

ETXANIZ TXAKOLINA S.L. EUGENIA TXOMIN ETXANIZ

TXAKOLI DE BIZKAIA. BODEGA TXABARRI TXABARRI EXTRA 2018 Y TXABARRI TINTO 2018

BODEGAS ITSASMENDI S.L. PARCELARIO 7.6 2017 C

Interesados en conocer el detalle de los vinos y bodegas seleccionados, lo pueden ver en:

http://www.uec.es/bacchus/images/documentos/Premiados/

 

Read Full Post »

EL ROL ACTIVISTA DE LA GASTRONOMÍA

La gastronomía ha reivindicado su rol activista durante la séptima edición de Diálogos de Cocina, un encuentro que ha reunido a expertos de todo el mundo en un interesante debate interdisciplinario sobre la compleja pero estimulante relación que hoy se establece entre alimentación y política, medio ambiente, salud y género.

Una edición que este lunes y martes, en la sede del Basque Culinary Center en San Sebastián, ha tratado algunos de los principales desafíos que se le plantea a la gastronomía cuando se entiende que, detrás de cada bocado, hay mucho más que nutrientes o fórmulas culinarias. La cocina como un eje transformador, pero también como escenario de discusión incluso política fue tema central que dio lugar a interesantes conclusiones:

image.png

Carlo Petrini

“Comer es un acto político”, planteaba el fundador del movimiento Slow Food, Carlo Petrini.

El director general del Basque Culinary Center, Joxe Mari Aizega, enmarcó a la gastronomía como “una idea multidisciplinar que habla de cultura y sociedad”, una idea transversal en todas las intervenciones.

“La modernidad tiene que fortalecer a los pequeños productores […] consumir producto creado en tu país por medios que no dañan el medio ambiente es una elección política”, explicaba Petrini.

“La sostenibilidad ante todo” destacó como uno de los valores “inexorables a la gastronomía” por parte de un grupo de jóvenes de la cocina, quienes, en compañía del chef Diego Guerrero (DSTAgE), opinaron sobre las formas de gestionar el talento, la pendiente igualdad de género…

Cocineros como Pepe Solla o Bel Coelho debatieron sobre las implicaciones que tiene para la cocina “tomar partido”, invitando al gremio a ser valiente y posicionarse frente a realidades tan amplias como la implementación de agrotóxicos como la aprobación de leyes discriminatorias.

El mexicano Enrique Olvera, propietario de Pujol, explicó como, en su caso, los desperdicios generados están destinados a que los productores que trabajan con ellos reciban los residuos orgánicos para compostaje: “No somos un ente aislado, formamos parte de un sistema, precisamente por esto la relación con los productores es importante, y con una tierra bien cuidada el producto será delicioso”.

“Trabajar con productos ecológicos te hace cocinar de otra manera, nosotros pasamos de recibir los corderos enteros y para aprovechar toda la carne tuvimos que empezar a recuperar recetas del pasado”, comentaba Carlos Zamora, del grupo de restauración Zamora y Cía.

Las cocineras brasileñas Bela Gil y Bel Coelho rompieron una lanza a favor de la cocina medioambientalmente respetuosa y socialmente sostenible. Para Gil, la cocina es una forma de iniciar un cambio que revolucione todo el sistema productivo y de consumo y, por ello, es preciso educar a las personas desde la infancia para que aprendan a cocinar.

Junto a las voces reivindicativas de la alimentación ecológica y respetuosa con el medio ambiente hubo también voces que advirtieron sobre cómo la industria alimentaria maneja esa misma terminología:

“El término ecológico es un término definido legalmente que engloba también lo orgánico y biológico; supone producir de acuerdo a la legislación europea, que dice que todo lo que utilices sea de producción natural y que los pesticidas que utilices estén en un listado concreto; pero no habla de sostenibilidad, de productos locales o de temporada, esa etiqueta permite, por ejemplo, la producción en invernaderos”, comentaba el doctor en Bioquímica José Miguel Mulet.

Cocina social, sociedad que cocina

El proyecto Food for Soul, impulsado por Massimo Bottura y Lara Gilmore, que constituye otro de los ejemplos de ideas de sostenibilidad social, fue explicado por su responsable, Cristina Reni, que destacó que quieren “hacer visible lo invisible: esa comida que nadie ve porque se acaba tirando, esas personas que ves durmiendo en la calle mientras te alejas caminando”.

Si cocinar y las decisiones que se toman en torno a esta acción son en realidad decisiones con carga ideológica, también lo es el arte. Por eso JR, el artista francés que recorre el mundo realizando gigantes instalaciones basadas en la fotografía para reivindicar el sentido de la comunidad, relató el proyecto con el que unió en torno a una mesa a quienes estaban a un lado y al otro de la frontera entre EE UU y México, que compartieron sobremesa pese a no poder cruzar al otro lado en una suerte de reivindicación y hermanamiento de personas más allá de las fronteras y los muros. “Cuando unes a una comunidad, la haces poderosa”, aseguró.

Y, en plena epidemia de obesidad en los países occidentales, con grandes retos relacionados con la salud mental, la psicoanalista Mariela Michelena reflexionó sobre el poder del acto de alimentarse, o de no hacerlo: “¿Qué come una anoréxica cuando no come? Come no. Come nada, come manifestarse, diferenciarse. ¿Y una bulímica? Come pecado y penitencia. ¿Qué come quien no para de comer? Llenar con pan un vacío”, enumeró.

De esta manera Diálogos de cocina refuerza su papel de foro catalizador en el que se plantean los desafíos presentes y futuros a los que se enfrenta la gastronomía. Los participantes, referentes de la gastronomía mundial, reivindicaron la necesidad de “volver a cocinar” como factor clave para acercar a la sociedad a consumos social y medioambientalmente responsables. “Si no se cocina se pierde el control de la dieta y la salud, ¿por qué hemos dejado de cocinar?”, se preguntaron durante el cierre de este foro bianual.

FUENTE:

Diario de Gastronomía..- Las noticias gastronóMicas del día- 14.3.2019

Read Full Post »

images.jpeg

Racimos vendimiados tardíamente, bien asoleados, y botas viejas de madera en las que el vino se reconcentra, sin prisas, durante largos años. Una receta sencilla de la que nacieron muchos de los grandes vinos del planeta.
Son los vinos fuertes e inquebrantables que dieron la vuelta a la Tierra en barcos, perotambién humildes botas del rincón de la bodega familiar guardadas para las ocasiones solemnes.

Hablar de oxidación queda mal en el siglo XXI. Nos pasamos la vida buscando alimentos y bebidas antioxidantes para no envejecer o, al menos, hacerlo más despacio. Pero la vuelta al primer plano de vinos como el oloroso de Jerez, el fondillón, el marsala seco o los madeiras “de torna viagem” nos enfrenta al ritmo lento del pasado. Los países mediterráneos conservan en su ADN vinícola el recuerdo de los siglos en los que los sabores del gran vino no eran los de la fruta fresca y la barrica nueva tostada que hoy triunfan, sino los de las frutas compotadas, los frutos secos, las especias del curry y las mermeladas, que son las sensaciones oxidativas de los vinos que pasan de generación en generación, los que hacen los abuelos para que los beban los nietos. En los tiempos de la obsolescencia programada –quizá por eso– están de rabiosa moda entre el sector más cultista del
universo winelover. ¿Qué mayor lujo podemos alcanzar en los tiempos del clic digital instantáneo que disfrutar de unos vinos que han madurado durante décadas, o siglos, y cuya elaboración no admite industrias aceleradoras? Sus métodos de producción, con largos años de inmovilidad en bodega, son una pesadilla para los departamentos de cuentas de las bodegas porque rancio y tiempo son conceptos que van unidos.
El diccionario de la Real Academia no ayuda, aunque hay una salvedad para el vino. “Dicho de un alimento: ligeramente corrompido por el paso del tiempo y con sabor y olor fuertes y desagradables. Dicho de una persona: anticuada o de ideas pasadas de moda. Dicho de una cosa: antigua o de larga tradición. Dicho del vino: añejo o conservado durante mucho tiempo”. Pero en el idioma inglés, hoy lengua del mundo global, “rancio” –como “reserva”, “guerrilla” o “siesta”– es un vocablo universal que no equivale a ese mustio rancid que define a los alimentos pasados de fecha.

El oloroso como ideal
España ha creado modelos universales, como el oloroso de Jerez, que reúne todos los atributos del gran vino rancio y cuyo molde cultural persiste. A su imagen, ese añejo barril sin solera pero con “madre”, que se atesora en las casas rurales y se va rellenando con las cosechas de la familia, guarda un vino viejo de color ambarino o castaño cuya graduación, subida por la evaporación natural o a propósito con brandy u otros alcoholes, impide que se avinagre. Que no nos confundan el suegro ni el cuñado: no se ha convertido mágicamente en coñac ni se ha “amontillado”; los aromas de acetatos(laca de uñas, pegamento) son las marcas que el tiempo va dejando gracias a la imprescindible colaboración de la madera que deja pasar el oxígeno con cuentagotas a la temperatura cálida del hogar. En los tiempos del Imperio Romano ya escribió el historiador Plinio el Viejo que los mejores vinos eran los que “se exponen a todos los daños del aire”. La arruga es bella.
A lo largo del Mediterráneo español y del francés encontramos una
gran diversidad de rancios elaborados más o menos así junto a otros que, a imagen del Jerez, se añejan por el sistema de criaderas y soleras. Son vinos fuertes porque los 17 o 18 grados naturales que alcanzan las vendimias tardías de estas tierras soleadas son un seguro de vida para los vinos oxidativos. Las garnatxas del Ampurdán y los rancis de Tarragona, Terra Alta o
Montsant recuperan hoy imagen y prestigio gracias al interés de los gurús. En el 2014 el Ca les Viudes, de Arrels del Priorat, con más de 100 años en una solera de castaño y de escasísima producción (¡60 botellas de 37,5 cl por año!) obtuvo los codiciados 100 puntos Parker, mientras que otros vinos de la misma zona obtuvieron también altas puntuaciones, poniendo el foco en estos estilos casi olvidados.
Los vinos de ultramar
Cuanto más grado alcohólico tenga un vino y más tiempo pase en el barril de madera en contacto con el aire, menos “sustos” se llevará después. Digamos que todo lo que le podía pasar ya le ha sucedido y ha entrado en un nuevo estado de estabilidad, una paz enológica en la que sus sabores de nueces, cola de zapatero, frutas pasas y especias dulces están vacunados frente a los elementos. Puede provenir de una única bota largo tiempo añejada y rellenada con distintas cosechas, de una solera en la que vinos de distintas edades se “rocían” y mezclan, de damajuanas expuestas al sol ardiente y a las heladas o de varios de estos métodos combinados, pero un par de viajes cruzando el trópico no van a cambiar ya mucho las cosas, así que fueron esos vinos imprescindibles en los largos viajes por mar que las colonias recibían como una bendición.
El fondillón fue el más famoso de estos vinos viajeros y nació a consecuencia de una figura del Derecho Romano que se utilizaba en los contratos de arrendamiento de los viñedos de la huerta de Alicante. Las tierras se arrendaban a los campesinos, que mantenían sus derechos sobre ellas mientras quedasen viñas en producción, así que, una vez acabada la vendimia normal, se recolectaban los escasos racimos sobre maduros de tinta monastrell de las viñas viejas y dispersas. Sus mostos oscuros y cargados de azúcares se ponían a fermentar en los toneles de roble y castaño más viejos y se traducían en un vino tinto robusto con alta graduación natural, que podía ser más seco o coquetear con lo dulce en función de la madurez de la añada.

“Fondillón” se refiere al fondo de la bota, de la que se extrae con prudencia en las ocasiones importantes un tercio del contenido, a lo sumo, que se repone con mostos de las mejores cosechas sobremaduradas en la cepa. Es uno de los escasos ejemplos de rancio tinto que existen y se dice que viajaba en los barcos en los que Elcano y Magallanes dieron la primera vuelta al mundo. Los viñedos de la huerta alicantina se extinguieron con la filoxera a principios del siglo XX y el fondillón desapareció hasta revivir en su segunda mitad gracias a inquietos viñadores de la comarca interior del Vinalopó, como Primitivo Quiles y Salvador Poveda, que conservaron y rescataron algunos viejos toneles que permitieron recuperar un vestigio histórico de improbable rentabilidad pero enorme personalidad y carga histórica. Otras denominaciones vecinas, como Jumilla, perdieron las últimas botas añejas de monastrell rancio en torno a 1980, al menos a nivel de reglamento de la D.O., aunque algunas se conservan aún en las casas.

unnamed.jpg

Los rancios del interior

Las zonas interiores también tienen sus propias tradiciones y algunos rancios antes famosos que hoy, como el fondillón, oscilan entre el olvido y la brillante recuperación. De algunos, como los tostadillos de 
Liébana en Cantabria o los de Ribadavia en Galicia, quedan apenas vestigios aunque hay intentos de revitalización en marcha, pero el más famoso fue el rancio navarro de Peralta que vivió su esplendor en el siglo XVIII y desapareció en el XIX. Huetz de Lemps escribió que “su color era dorado, casi como el café” y se hacía con una variedad de uva blanca, la olvidada berbés. Su complejo método de elaboración incluía una fermentación con algo del hollejo y la cocción de una décima parte del mosto, tras lo que se añejaba en toneles de cerezo de 3.200 litros que, como ocurre con el fondillón, nunca se vaciaban del todo, sino que iban recibiendo nuevas cosechas. Su recuerdo pervive en algunos navarros actuales como los de la serie “el Niño Perdido” de Bodegas la Calandria, que supone revivir –literalmente– viejas “madres” halladas en toneles de rancios olvidados en pequeñas bodegas familiares a lo largo de los Pirineos y el Moncayo. Pura arqueología vinícola de la que salen unos pocos cientos de botellas que revitalizan la tradición y cuentan la historia de los perdidos tesoros del Ebro.

El pajarilla de Cariñena es otro de ellos y quizá estemos aún a tiempo de evitar su desaparición. La última bodega privada que lo elaboraba, Genaro Tejero, cerró sus puertas hace un par de años y hoy solo la Cooperativa de Cosuenda mantiene vivo un estilo que fue muy famoso, un blanco seco de uva macabeo sobremadurada en la cepa con una crianza oxidativa en botas y fudres viejos durante cinco
años que el Consejo Regulador ya no contempla en su reglamento.
El dorado está en Rueda
Los vinos rancios de Segovia y Valladolid fueron muy famosos en los tiempos en los que Quevedo escribía que “los paños franceses no abrigan la mitad que una santa bota de lo de Alaejos”. Ya en el siglo XX, una Orden Real de 1911 declaró al vino de la Tierra de Medina como vino especial “similar a los de Jerez y Málaga”, aunque el nacimiento del Rueda moderno a partir de los años 70 arrojó los rancios de uvas verdejo y palomino al cajón de la historia, de donde empiezan a salir ahora gracias al trabajo de unas pocas bodegas inquietas. Fruto de vendimias tardías, son blancos fuertes que se añejan durante varios años en damajuanas de cristal y/o botas de roble americano, con o sin sistema de criaderas y soleras, y que nos traen el recuerdo de la corte de los Reyes Católicos.

La Revolución Industrial y las plagas del siglo XIX fueron arrinconando los grandes vinos del pasado. Los que estaban en las grandes rutas del comercio y la navegación –Jerez, Marsala, Madeira– supieron adaptarse y sobrevivir, pero los que estaban fuera de ellas fueron entrando en los libros de historia de los que hoy renacen para arrasar en las puntuaciones de los críticos y para iluminar, como entonces, los momentos especiales de los que nos acercamos a ellos con fascinación.

Be Ranci!

En la ciudad francesa fronteriza de Perpignan se celebró en junio de 2018 la tercera edición de este festival organizado por la Asociación para la Promoción de los Vinos Rancios Secos del Rosellón, la Cataluña
francesa. Por primera vez los vinos “amarillos” del Jura, la vernaccia de Oristano de Cerdeña en Italia, el sercial de Madeira, el jerez y el marsala secos han estado invitados junto a los rancios de las zonas catalanas vecinas: Ampurdán, Terra Alta y Priorat

La elaboración del rancio

Los racimos de macabeo, palomino, pedro ximénez, verdejo, monastrell o garnacha se sobremaduran en la cepa y/o se asolean en el campo para producir vinos de alto grado. Por debajo de los 16º o 17º de alcohol la oxidación destruye al vino, pero por encima lo respeta y transforma. La madera es básica: permite la evaporación, aumentando la concentración, y aporta aromas de vainilla, caramelo y especias que se funden con los de frutas pasas y frutos secos propios del vino. Nunca se llenan ni se vacían del todo y la “madre” permanece al fondo, tanto si el sistema es de bota única como de criaderas y soleras.

FUENTE:  Luis Vida

REVISTA SOBREMESA.- 5 de marzo de 2019

Read Full Post »