El pasado día 27, lunes, tuvo lugar la presentación en el Silken Gran Hotel Domine, de los vinos y aceites de diferentes bodegas y procedencias, presentes en la convocatoria llevada a cabo, un año más por ENOLIA.
No están los tiempos para muchos gastos, y aunque no se dieron cita el número de bodegas y distribuidores de pasadas ediciones, quienes acudimos a la cita, pudimos conocer y degustar algunas cosas de interés. Seguramente cada aficionado que cató con interés y atención lo que allí había, no coincidirá con mis apreciaciones, unidas a las de de dos de mis compañeros de catas de la Sociedad de Cata Bacchus, pero como de gusto nos hay nada escrito…, cada cual se suma a lo que más le gusta, o le llama la atención.
Con los de VINOS SINGULARES, de Gernika, catamos un albariño elaborado por el Marqués de Vizhoja, autor de «aquel» albariño que tantas veces denostamos antes de que la D.O. Rías Baixas echara a andar, y que se identificaba con una etiqueta colgante que representaba un rodaballo. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, y además de perseverar con su vino primigenio, elaboraron después el «Torre la Moreira», varietal de albariño; y más recientemente el Señor da Folla Verde, elaborado con uvas albariño (70%), treixadura (15%) y loureira (15%), todas ellas cultivadas y seleccionadas de la finca La Moreira. Color amarillo pajizo con notas verdosas. Aroma pleno y goloso, recuerda la fruta blanca madura con rasgos florales. Fresco, carnoso, cálido. Diferente. Degustamos otro blanco, Quibia, elaborado con uva premsal complementada con un 40% de callet (tinta), partícipe en la elaboración de los conocidos «Animas» de Anima Negra. El blanco fermenta con sus lías durante tres meses. Y por último un tinto de Pomerol con 80% de Merlot y 20% de Cabernet Franc. Crianza de 18 a 22 meses. Nos gustó y lo degustaremos en cata.
En RAMÓN BILBAO -gracias Juan Mari y tu equipo-, nos gustaron los dos albariños de «Mar de Frades»: el normal y el «sobre lías». Ambos con buena respuesta en nariz y en boca. Y de la parte de los tintos, además del estupendo MIRTO que nunca defrauda, probamos el de Viñedos de Altura.2011, elaborado mitad y mitad, con Tempranillo y Garnacha procedentes de viñedos viejos de las zonas de mayor altitud de Villalba de Rioja y Tudelilla. Y también nos gustó el Ramón Bilbao Edición Limitada 2011, de la variedad Tempranillo en su totalidad. Catorce meses de madera nueva francesa y americana, más 10 meses de botellero, afinan el vino para disfrute de los buenos degustadores.
No dejo de mencionar el espumoso Mar de Frades, de uva albariño, que elaboran en Rías Baixas los amigos de R.Bilbao, aunque más por la novedad que por la calidad intrínseca del producto. Ha de madurar su elaboración y crecer debidamente. O como dice el viejo refrán: «Zamora no se ganó en una hora».
Bodegas CASA PRIMICIA os dio a degustar sus cuatro vinos «básicos» monovarietales: Tempranillo, Mazuelo, Garnacha y Graciano. Los conocíamos, pero con dificultades de encontrarlos porque los «4×4» apenas «circulan» por el mercado del vino, a pesar de que algunas bodegas los hace así. Y como íbamos en busca de novedades, yo me apunté a la Garnacha. Me pareció muy en su punto y es lástima que no se prodigue más en Rioja.
Iñaki Suárez, apasionado del vino, y colega en los temas del txakolí vizcaíno, nos hizo degustar algunos de los interesantes vinos «del proyecto» Patxi Larrocha, llamativo -vamos a citarlo así- restaurante que recomiendo en la calle Pablo Alzola, nº. 8, de Bilbao.
Las Bodegas Solar de Urbezo, que habían tenido el detalle de enviarnos la correspondiente invitación para la «mini-feria», nos dieron a probar su vinos de «reserva» a base de Merlot, Cabernet Sauvignon, Garnacha, Cariñena, Syrah (no todas juntas, claro, sino a cada vino las suyas). Mi opinión es que vamos curados de espanto y no es fácil que se disfruten estos vinos. Sin embargo acepto el blanco joven a base de Chardonnay, aunque no es para hacer la ola.
Y así fuimos ocupando la mañana, bebiendo, hablando y aprendiendo de vinos. Se probaron más, pero quizás queda registrado lo más sobresaliente.
En «Oleo» poca historia.Un elaborador, parco en palabras, con unas muestras interesantes de diferentes aceites. Y como uno siempre gusta de los desconocido, adquirí una variedad desconocida para mí: Morisca. Y junto al aceite, una mermelada de aceitunas, que ha resultado buena como aperitivo, ligeramente untada en pan y para degustar acompañada de un generoso.
ALGUNAS FOTOS: