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Archive for agosto 2019

VINOS DE LA CATA DE VINOS «ANTIGUOS»

Lo más destacable de esta cata extraordinaria, ha sido la oportunidad de reunir siete vinos de acreditadas bodegas, elaborados en un “período” de 30 años (1964 – 1994), lo que representa una oportunidad de estudio para buenos aficionados al vino. El resultado de la degustación ha sido muy interesante: los vinos estaban en buen estado de cata y han “salido” en perfecto estado, dada su antigüedad.

Los vinos han “soportado” bien el paso del tiempo, pues incluso el Campo Viejo-64 y Bsrberana-73, en los que la procedencia real del vino nos puede ofrecer bastantes dudas, han superado notablemente el paso del tiempo, con un buen resultado en la cata.

Los restantes vinos han cumplido con “Notable” alto, ya que su estado era el propio del tiempo transcurrido, y más aún por tratarse de vinos cuya “longevidad” no estaba contemplada a la hora de su elaboración.

Botellas bien conservadas; corchos en buen estado; sin presencia de “posos”, y ningún defecto que pudiera pertubar la degustación de alguno o varios de los vinos.

Buena presentación de los vinos con tonos bien “conservados”. Interesantes en nariz, conservando la intensidad y variedad de aromas, ya evolucionados, propios de su edad. Buena manifestación en boca: Aromas frutales, notas de la crianza, en especial en los más recientes, amables en el paso de boca con taninos suaves, y cierta complejidad bien llevada en el paso del tiempo. Aromas y sabores de intensidad media-alta y de buena persistencia.

En definitiva, una cata interesante por el conocimiento que aportan los “vinos viejos”, por su buena conservación y por el buen estado en que se hallan.

Como complemento a la cata reseñada, merece mención, también, la degustación de los los vinos que elabora Ángel, bien hechos con las variedades de uvas blancas y tintas que cultiva y su “buena mano” como bodeguero.

Ezkerrikk asko, -Angel.

Detalle de los vinos

  1. CAMPO VIEJO. GRAN RESERVA 1964. Etiqueta principal: BODEGAS CAMPO VIEJO. Logroño.    Rioja. España. Una leyenda indica: Gran Medalla de Oro. Tercer Concurso Internacional de Vinos. SLANCHEV BRIAG. BULGARIA. 1976Contraetiqueta: Zona Vinícola RIOJA. Mapa de la zona de producción del vino de Rioja. Pequeño mapa de la Península, señalando la zona del Rioja. Tres escudos de las provincias que elaboran vino de Rioja.
  2. REAL IRACHE. GRAN RESERVA 1973. Etiqueta principal: BODEGAS IRACHE, S.L. Ayegui. Navarra. Alc.: 12,5% vol. Contraetiqueta: NAVARRA. REAL IRACHE. Gran Reserva 1973. Texto; Este excelente vino se elaboró de una estricta selección de las mejores uvas existentes en la región. Según su proceso de envejecimiento en elegidas barricas de roble reposando en botellas durante varios años a temperatura ideal, dando como resultado este Gran Reserva deleite de los mejores paladares. Total nada de información concreta y formal.
  3.  RIOJA BERBERANA. CARTA DE ORO. CRIANZA 1973. BODEGAS BERBERANA, S.A. Cenicero – Ollauri – Rioja.Contraetiqueta: Ninguna referencia relativa la vino, uvas utilizadas, tipo de crianza, etc. Tan solo aparece la contraetiqueta creada en 1974, pero que hasta la cosecha de 1980 no se incorpora la añada.
  4. IMPERIAL. Cosecha 1975. Compañía Vinícola del Norte de España. Haro. Rioja. Contraetiqueta: Ninguna referencia a las uvas utilizadas, tiempo y método de crianza, ni cualquiera otra indicación. Simplemente la contraetiqueta del Consejo Regulador en su categoría de RESERVA.
  5. MARQUES DE ARIENZO. Reserva 1983. Embotellado en la propiedad: Bodegas Domecq, s.a. Elciego. Rioja Alavesa. Alc.: 12,5% vol. Contraetiqueta: Escasa literatura en nada relacionada con el contenido de la botella y su  elaboración. Porta la consabida y preceptiva contraetiqueta del Consejo Regulador.
  6. SIGLO. Reserva. 1986. Embotellado por Bodegas AGE. Fuenmayor. Alc.; 12,5% vol. Contraetiqueta: Carece de ella, salvo la del Consejo ReguladoR.
  7. VIÑA ARANA. Reserva 1994. Embotellado en la propiedad: La Rioja Alta, S.A. Haro. Alc.: 12,5% vol. Contraetiqueta: De poco interés, pues se limita a dar una información muy genérica de las condiciones organolépticas. Como el vino es un “ser vivo” evoluciona de continuo en el aspecto, aroma y carácter en natiz y en boca. Por lo que de nada sirve la información.

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Sustento de tripulaciones enteras a lo largo de los siglos, el vino ha ocupado siempre un lugar privilegiado en las bodegas de los majestuosos barcos capitaneados por intrépidos exploradores que surcaban los océanos en busca de nuevos mundos. Aplacaba la sed del último grumete o servía de bálsamo físico y espiritual cuando la mala mar mecía con enérgico ímpetu la nave como si fuera un desvalido barco de papel. Aventuras a bordo marcadas a fuego en los supervivientes de la expedición, pero también en el vino de vuelta que arribaba en el puerto después del largo viaje. Un vino diferente tocado por la poderosa mano de Neptuno.

Para llegar a buen puerto en esta espléndida aventura, no dudamos en enrolarnos como inquietos y ávidos marineros en la sabiduría del mejor enólogo de vinos generosos del mundo, Antonio Flores, que lleva desde 1980 en la casa jerezana González Byass interpretando la bella partitura de estos vinos únicos. Él nos desveló los entresijos de estos vinos viajeros, el porqué de su mágica evolución durante la travesía y, cómo no, el emocionante proyecto que González Byass puso en marcha el pasado año para conmemorar los 500 años de la primera vuelta al mundo llevada a cabo por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano.

Como en casi todas las grandes hazañas y descubrimientos que se han conseguido en la historia de la humanidad, la casualidad ha querido estar presente y marcar el devenir de los hechos, y en esto de los vinos de ida y vuelta no podía ser menos. Resulta que el vino ha sido el líquido elemento desde que al hombre le dio por surcar la inmensidad del océano. Era con lo que se hidrataba la tripulación sin correr riesgos sanitarios, puesto que el agua podía contaminarse al no estar tratada y permanecer almacenada durante tantos días. Como bien cuenta Antonio, era tan importante velar por la dotación de vino a lo largo de una travesía en cuanto a calidad y, por supuesto, en cantidad, que el presupuesto dedicado a este negociado superaba el destinado a la defensa del navío. Así lo demuestra el extracto transcrito de la Relación del coste de la Armada de Fernando de Magallanes para el descubrimiento de la Especiería conservado en el Archivo de Indias: «Artillería y pólvora y cosas necesarias para ella (337.079 maravedís). Ballestas, espingardas, coseletes y otras armas (224.608 maravedís), que hacen un total de 561.687 maravedís. Quinientos noventa mil maravedís que costaron quinientas ocho botas de vino que se compraron en Jerez…».

Pero no solo se cuidaba de que la tripulación estuviera convenientemente hidratada, sino que los diferentes tipos de vino tenían unas estrictas normas de consumo dependiendo de su capacidad de aguante durante el viaje. En primer lugar se bebía aquel que, por sus características, no iba a aguantar más que los primeros días. Los últimos eran los de Jerez por su mayor contenido alcohólico. Y así, con las bodegas de las naves bien pertrechadas de vino y las normas de consumo claras, zarpaba la expedición. Era durante los viajes hacia el Nuevo Mundo donde se apreciaban notables variaciones organolépticas entre el que partía y el que regresaba. Unas variaciones que deslumbraban a los entendidos de la época y que daban mayor valor comercial al vino de vuelta. Antonio concluye: «El buen vino de Jerez mareado, si al partir valía cinco al volver valía diez». ¿Pero qué le ocurría para que evolucionara así de bien?

Desvelando el misterio
El gracejo andaluz con el que Antonio nos atiende durante toda la conversación se mantiene hasta que nos preguntamos por lo que podía ocurrir en las entrañas del vino para que, como por arte de magia, cambiara por completo. La emoción nos la contagia y nos cuenta las claves de semejante milagro como si el capitán de la nave contara a su tripulación el avistamiento de un nuevo mundo. La evolución de un vino se debe entre otros muchos factores a su contacto con el oxígeno. En una bodega reinan la calma y el sosiego, y el oxígeno va realizando su trabajo muy lentamente a través de los poros de la bota con unos parámetros físicos más o menos estables y constantes. No hace falta decir que, con relación a estas condiciones, la bodega de un barco es el escenario opuesto al de la bodega jerezana. Los vaivenes de la nave favorecían la hiperoxidación del vino, haciendo que su evolución transcurriera a mayor velocidad. Esta evolución llevaba consigo una enorme relación de reacciones bioquímicas que se aceleraban no solo por las mareas, sino por los cambios de temperatura y presión que se podían vivir en un recorrido tan extenso donde las condiciones meteorológicas eran variopintas. Digamos que el vino viajaba en el tiempo más deprisa si iba a bordo de un barco que si se quedaba en tierra firme al resguardo de las paredes de la bodega.

Antes de entrar a conocer los detalles del proyecto conmemorativo que González Byass lideró de la mano de la Armada española, Antonio trazó un esbozo de las diferencias físicas que se podían esperar de un vino de ida y vuelta (o mareado, como también se le conoce). La evaporación en las botas era considerable y no estamos hablando de que la tripulación participara en esta merma más de lo establecido por la norma de racionamiento. Nos referimos a que el constante movimiento favorecía el descenso del nivel del vino. Ello llevaba consigo un incremento del extracto, del grado alcohólico y de la acidez, cuestiones que se pudieron comprobar de primera mano en la expedición en la que González Byass embarcó dos medias botas de un ya delicioso palo cortado en el buque escuela Juan Sebastián Elcano el pasado año, en su 90º Crucero de Instrucción, una expedición que comenzó el 11 de febrero y concluyó el 11 de agosto.

Una travesía emocionante
Definir el proyecto sobre el papel y hacerlo realidad en el mar no fue nada fácil, confiesa Antonio. Aunque la colaboración de la Armada española fue total, había que seguir una serie de procedimientos nada triviales. Encontrar una ubicación en el buque o elegir el vino que se iba a embarcar eran cuestiones sobre las que se tenía que trabajar con mucha precisión para que el proyecto acabara con éxito.

La bodega del buque Juan Sebastián Elcano está tan optimizada que era imposible encontrar un hueco para la bota de 600 litros que se quería embarcar. Al final, y no sin dificultad, se pudieron colocar dos medias botas construidas para la ocasión en la cubierta del barco, una a babor y otra a estribor, teniéndolas que fijar y proteger a conciencia para que soportaran las inclemencias del océano.  El siguiente paso, tan importante o más como el de la ubicación de las botas en el barco, era elegir el vino. Antonio explica que al principio se pensó en un vino ligero, pero pronto se desechó la idea puesto que el proyecto sería más interesante cuanto más excepcional fuera el vino elegido. Se optó por un Palo Cortado de la añada 1990. Un gran vino con capacidad de mejora que, en palabras de Flores, ganaría un equilibrio sin igual durante el trayecto. En el viaje, el barco tocó las Canarias, Madeira, Brasil, Argentina, cruzó el Estrecho de Magallanes, Chile, Perú, Colombia, atravesó el Canal de Panamá, Charleston (Estados Unidos) y vuelta a Cádiz. Un recorrido de condiciones extremas donde la sensación térmica osciló entre los 30 y los -11ºC, la humedad relativa alcanzó el 100% y los vientos soplaron en ocasiones con fuerza.

El buque llegó a Cádiz el pasado 11 de agosto de 2018. A la recepción del vino de vuelta acudieron, entre otros, nuestro entrevistado, Antonio Flores; el presidente de González Byass, Mauricio González-Gordon, y un invitado de excepción, el chef Joan Roca, cuya afición a los barcos y alguna anécdota simpática con su hermano Pitu Roca fueron las culpables de que pudiera presenciar este momento único. Ser los primeros en apreciar lo que la travesía marina había hecho con aquel Palo Cortado era sin duda un momento emocionante. Una merma del 8% debida a la evaporación dio lugar a una mayor concentración de matices. Había una mayor presencia de detalles de la bota y una sensación táctil más untuosa como consecuencia de un aumento de la glicerina, componente que favorece esta sensación. Sin duda había evolucionado adquiriendo mayor complejidad y dejando al final una deliciosa sensación mineral. Era el resultado de un proceso acelerado de lo que ocurre en bodega con el paso de los años. La expedición había concluido y el resultado había sido todo un éxito. La voz de Flores adquiere un tono de satisfacción y orgullo cuando nos relata este último momento repleto de detalles emocionantes.  Y como no podemos quedarnos con la duda que nos asiste desde que conocemos el proyecto con el Palo Cortado, le preguntamos sobre un futuro proyecto de similares características, pero con un fino: «Sería una experiencia de gran interés puesto que estaríamos ante un fino con velo sumergido». Desde luego que suena muy bien.

Así eran y así son, gracias en este caso a González Byass, los vinos de ida y vuelta de Jerez. Como bien dice Antonio, «el futuro se asegura reconociendo el pasado». Hoy podemos decir que aquellos grandes vinos que viajaban por todo el mundo y volvían a su tierra como diamante finamente tallado por el cincel del océano han vuelto a ver la luz. Larga vida a Jerez y a su Historia imperecedera.

FUENTE: MI VINO.- Número 247.  julio-agosto 2019

Autor:    ANTONIO CANDELAS – 2019-07-12 

http://www.mivino.es/noticia/47/reportajes/20251/la-aventura-del-vino-de-ida-y-vuelta

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El Consejo Regulador de Vinos de Jerez recomienda los maridajes perfectos para los días de calor. Opciones pararealzar esos «típicos» platos veraniegos disfrutando de los Vinos de Jerez en todas sus variedades.

                 Detalle de colores de los diferentes vinos generosos

 

Los Vinos de Jerez siguen siendo la compañía perfecta para los mejores momentos de este 2019. Este verano, el Consejo Regulador de Vinos de Jerez propone diez ideas diferentes para maridar con vinos de Jerez ydisfrutar de todas sus variedades del modo más refrescante.

A través de algunos de los platos que más se consumen durante la época estival, dan ideas para ponerle el broche de oro a estos días de calor.

  1. Sopas frías: gazpachos, salmorejos, ajo blanco y en general todas las sopas frías encuentran en una copa de fino su mejor aliado. El vinagre de Jerez, el aceite de oliva virgen extra y las hortalizas de estos platos suponen un reto imposible para otros vinos.
  2. Aliños, ensaladas, encurtidos, o cualquier receta con toques ácidos o cítricos, la mejor combinación es un Fino o Manzanilla, que equilibrarán la acidez y le darán gusto salino.
  3. Hamburguesas: En verano tenemos tiempo para reunir los mejores ingredientes y así convertir una hamburguesa en una experiencia gourmetEl Palo Cortado es sorprendente a la hora de acompañar estos platos ya que potencia los sabores de la carne, aporta un toque especiado a cada bocado y combina a la perfección con sus salsas tradicionales el kétchup y la mostaza.
  4. Frituras de pescado: En el Sur nunca falta en verano el pescadito frito y para disfrutarlo nada mejor que una copa de Manzanilla que potenciará el sabor del pescado y aligerará el paladar de la fritura.
  5. Las pizzas son otro clásico de las noches de verano. La masa horneada, la base de salsa de tomate, la untuosidad de una mozzarella fundida son ingredientes que van perfectos con un Fino. Si queremos rozar la perfección solo tenemos que rematar la pizza con unas hojas de rúcula fresca al sacarla del horno.
  6. Las barbacoas son un punto de encuentro veraniego para los grupos de amigos. Si son de carnes y embutidos lo mejor es jugar con un Oloroso o un Amontillado. El Oloroso envolverá y potenciará todos los sabores de las carnes y las especias de los embutidos, mientras que el Amontillado pondrá el acento en los toques ahumados y tostados de las brasas.
  7. Si nos decidimos por las barbacoas de pescados y mariscos o los tradicionales espetos, sin duda lo interesante es ir ganando intensidad en el vino conforme ganemos intensidad en el fuego. Manzanilla para pescados blancos y gambas o langostinosFino para los mejillonesnavajas, almejas, ostras y un Amontillado para los pescados azules como las caballas o sardinas y también para el pulpo, la sepia y los calamares a la brasa.
  8. La tortilla de patatas es un imprescindible para un día de playa, fácil de transportar y de comer. Una Manzanilla o Fino convertirán a este plato en toda una experiencia gastronómica.
  9. En los postres y meriendas también podemos sorprender a los amigos y la familia con un jerez y algo de imaginación. Para estos casos nada mejor que acompañarlo de un Cream.
  10. Si nos decidimos por tomar una copa de helados o una rica tarta helada, la mejor opción es rematarlo con un generoso chorro de Pedro Ximénez a modo de «topping» con unos frutos secos.

FUENTE: TECNOVINO

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