Precios más reducidos, auge de los vinos biodimámicos, adiós a la locura de comprar barricas nuevas y redescubrimiento de las uvas Mencía y Albariño son los elementos que dibujan la topografía del sector a corto y medio plazo en España.
El vino en España se mueve entre algunas tendencias que, en principio, nadie discute. Vinos con menor graduación (el carnet por puntos obliga), utilización de productos alternativos (léase plástico) para los tapones de corcho, producciones más limitadas y adiós a esa locura de precios en los que las botellas por encima de 30 euros eran legión. Se impone la cordura.
En 2010, los elaboradores buscarán certificar, de alguna forma, las prácticas ecológicas en sus viñedos. Se trata de poder poner negro sobre blanco algunas de las formas de cultivo más en boga en los últimos 2 años: como la filosofía biodinámica. Una obsesión (más o menos razonable) que ha llevado, incluso, a que algunos viticultores se hayan negado a utilizar sulfurosos. Ni tanto ni tan calvo, pensarán muchos.
Otra seña de identidad es el menor peso que tendrán los vinos potentes, de alta graduación y de resultados impactantes en cata. Esta espectacularidad se deja atrás en aras de un nuevo criterio. ¿Cuál? Elegancia, armonía, estructura, riqueza, complejidad… Eso sí, siempre respetando el terruño y su singularidad.
Menos vinos ‘top’
El consumidor se queja (con razón) de que muchos vinos han estado muy subidos de precio en los últimos años. Las bodegas van a tener que reducir la producción de sus vinos de precio elevado (para sostener las ventas) e intensificar el esfuerzo comercial en los de rango medio o bajo.
Dentro de ese retorno a la cordura, se pone fin a la locura de las barricas nuevas. Una partida que se ha llevado buena parte de la cuenta de resultados de más de una bodega. Se sacará más fruto a las barricas usadas y a materiales alternativos, como las controvertidas virutas de roble.
La crítica también vivirá tiempos de cambios. A Robert Parker (la persona que ha estado controlando el gusto del vino mundial en los últimos 25 años) le han salido voces críticas y respondonas. Ahí están Alice Fiering, defensora acérrima de los vinos naturales; Tyler Colman, con su visión iconoclasta del vino, y Gary Vaynerchuck, estrella mediática gracias a su famoso videoblog Wine Library TV.
En cuanto a las uvas, verdaderas protagonistas de esta historia, se impone como gran novedad el redescubrimiento en tintos de la leonesa Mencía (magistralmente utilizada en etiquetas como el Paixar, de la familia García) y en blancos de la gallega Albariño, todo un exitazo en Europa donde ya empieza a hablar de tú a tú a la riesling. [http://www.guialomejordelmundo.com – abril 2010]
BACCHUS comenta: Coincido plenamente con las propuestas del autor, en especial lo que se refiere a los vinos «top», y muy especialmente a esa «barricamanía», no siempre aplicada en las mejores condiciones del conocimiento y con buenos resultados en el vino. Es necesaria una seria reflexión, y que los vinos recobren el auténtico sentido de lo que son. No estoy en contra de los grandes vinos, pero hay que tener muy en cuenta que el nuestro no es el mercado de los Estados Unidos, y que desde los años setenta el consumo se ha reducido a la cuarta parte.
Read Full Post »