Rebuscar en viejos archivos tiene el premio de hallar pequeñas historias que nos hacen revivir pasados tiempos, que no conocimos por el tiempo que nos separa de ellos, pero que ayudan a tomar una idea de lo que pudo ser, aunque desde nuestra perspectiva moderna nos cueste hacernos con el «tiempo pasado». Este es el caso de un breve escrito publicado en un número de la revista EUSKAL-ERRIA – REVISTA BASCONGADA, publicado en el 2º semestre de 1890. Bajo el título «Instrucción para elaborar el Chacolí con algún acierto», el autor del artículo, José María de Escauriza, importante propietario baracaldés, debía poseer un alto grado de interés por la buena elaboración del chacolí de entonces (hacia 1890), y al mismo tiempo tendría algunos viñedos, y para la elaboración de aquel vino, desarrollaba su ciencia de esta manera:
«Todo cosechero debe proveerse de un pesamosto, que también se llama gleucómetro o densímetro, y debe considerarlo como su guía obligado; pues es muy sencillo para su manejo y de un coste insignificante: 8 reales. Se venden en la calle del Correo, viuda de Guiard, y en la calle Víctor, Bilbao.»
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